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CESAREO DE A .. RJJ,IELLADA 17.-DEFENSA GENERAL DE LOS INDIOS, DE SUS CURAS DOCTRINEROS, ETC. Para quien lea el Diario de Sesiones de las Cortes de Cádiz y hasta para quien sólo lea este mi breve resumen, quedará muy claro la idea optimista que los diputados americanos tenían de los indios y el amor y entusiasmo que pusieron en su defensa cuantas veces los problemas indí– genas saltaron al ruedo del Congreso. Es mucha verdad que estos problemas no se desarro– llaron según un orden lógico; varios surgieron inopinada– mente, y de ahí las vacilaciones e inconsecuencias que más de una vez se advierten; los abusos se vieron y denuncia– ron sin embozo, pero no siempre igualmente se supo pro– veer del remedio eficaz y concreto; por confesión propia sabemos cómo en algunos problemas se postergó su pre– sentación hasta dar con la solución, que no aparecía tan clara. Con todo, tal vez las líneas generales de la buena po– lítica indigenista pueden seguirse a través del zigzag del parlamentarismo y de interrupciones y demoras necesarias. No hay que olvidar que a la vez de las palabras estaban resonando los cañones en la guerra de independencia aquí, y allá en América. Los diputados americanos demostraron especial inte– rés en defender a los indios de sus notas de apáticos, no trabajadores, etc.; y positivamente hablaron de su capaci– dad para todo, su buena índole general y su aptitud para cuanto se les preparara y dispusiera mediante la educación, el estímulo de la virtud, del honor, del natural interés, etc. No falta alguna nota discordante, sobre todo en rela– ción a los curas doctrineros y misioneros; pero algunas ve– ces, como en la sesión del 30 de julio y otras del mes de