BCCCAP00000000000000000000515

L"1 CATS.!, iSDIUENA. A.'il 0 ERICANA EN LA.S CORTES DR CADIZ 13.-SOBRE LAS CASTAS Y SU DERECHO A LA CIUDADANÍA. Este asunto fué uno de los que más acaloraron a los di– putados y más dividieron a los americanos de los europeos. Les ocupó muchos días y, denegada una vez, volvía la pro– posición a revivir bajo otra forma y en otra cuestión aneja. Así vemos este problema planteado en la sesión del día 4 de septiembre y todavía palpitante en la sesión del día 23. Estaban ya metidos en los artículos de la Constitución, y en el 22 se decía que: "A los españoles que por cualquiera línea traen origen de Africa, para aspirar a ser ciudadanos les queda abierta la puerta de la virtud y del merecimiento ... " Es decir, se les daba la posibilidad de adquirirla, pero mientras tanto se les excluía. Todo cuanto se dijo (que fué mucho y muy bueno) resultó inútil. Parece mentira hasta dónde arrastran las preocupaciones y la rutina, y cuán poca es la lógica de los hombres cuando se meten por el terreno afectivo y efectivo. Aquí sólo se enuncia este asunto, que puede leerse lar– gamente en el Diario de Sesiones (días 4, 5, 6, 10, 15, 20 y 23 de septiembre de 1811), porque las tales castas, como se sabe, eran las mezclas de español o indio con negro. Transcribo sólo unas pocas frases, que puedan remontar– nos o más bien trasladarnos al campo de la discusión par– lamentaria de las Cortes de Cádiz. "Muchos de ellos no sólo son originarios del territorio es~ pañol por una línea, sino por tres costados o agüelengos; y atendiendo a los bisabuelos, quizá por uno solo descienden de A.frica y por los otros siete de nuestro territorio. ¿Qué ra– zón habrá, pues, para que aun olvidando el nacimiento, a la mayor parte que tienen de origen español contrapese la pe~ queña de origen africano?" ( Sr. Alcocer).

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz