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CEBAREO DE ARMELLADA Esta proposición del Sr. Pérez fué muy bien acogida por la mayoría y particularmente en lo que decía de las iglesias de los indios. Así. por ejemplo: "Apoyo la modificación del Sr. Pérez para que se excep– túen las iglesias de los indios. El estado ( no diré de degrada– ción, porque me repugna esta idea) de ignorancia en que pue– dan hallarse los indios por culpa del Gobierno, acaso recla– mará respecto de ellos alguna consideración. Siendo, como es indudable, extremadamente adictos a las prácticas y ceremo– nias religiosas, pudiera la falta de discernimiento extraviar en parte su piedad y creencia, induciéndoles a errores perjudicia– les.-Las iglesias son por lo regular pobres, y sus alhajas son miradas por los indios como propiedad particular de ellos mis– mos. Respétense sus opiniones hasta este punto" (Sr. Ar– güelles). "Por lo que toca a la plata de las iglesias de los indios, estoy conforme con el Sr. Pérez que no debe extenderse a ellas ni aun esta exhortación ( o petición por medio de los obispos), porque podría inquietar a aquellos naturales, y creo sería anti– político hablarles en estos términos" ( Sr. obispo prior de León). "Puedo asegurar lo que los indios resisten que, aun para mejorarla, se les quite una imagen que están acostumbrados a ver; y todo eso me hace creer que no conviene ahora tratar del préstamo forzoso" ( Sr. Foncerrada). "Son justas las consideraciones del Sr. Pérez en orden a no exigirse la plata de las parroquias e iglesias de los indios" (Sr. Villanueva). La proposición del Sr. Pérez quedó aprobada, y en su virtud se eximió de esta contribución de plata labrada a todas las iglesias de los indios y a las demás iglesias pura~ mente parroquiales. Aprobada ya esta proposición, intervino el Sr. Alcocer