BCCCAP00000000000000000000515

LA CA.USA INDIGENA AMERICANA EN LAS CORTES DE CADIZ rreno por cada uno. Con esta tierra se hacen repartimientos para que aquellos naturales no estén ociosos; en ella se aco– modan la familia de este o del otro, y en esto tienen lugar sólo los indios, y por eso la Comisión excluye las demás castas. Esto es lo que se ha de votar." La proposición del Sr. García Herreros era de suma importancia. A su experiencia se vino a sumar la de todas las naciones hispanoamericanas, que han andado siempre de cabeza sobre autorizar o no autorizar la venta de los bienes comunales repartidos a los indios. Los que tenemos la experiencia de hoy daríamos la razón al Sr. García He~ rreros. Días más tarde, en la sesión del 20 de junio, hacía el Sr. Inca el elogio de la abolición del tributo en su estilo altisonante, pero hubo de terminar con sordina, porque ya se comenzaban a experimentar ciertas consecuencias, que tal vez no fueron suficientemente meditadas o tal vez sí (según la declaración del Sr. Feliú en la sesión del día 30 de enero) , pero que se pasaron por alto al encontrarse con el hecho consumado por el virrey de Méjico. Me refiero al pago o sínodo para la cóngrua sustentación de los curas doctrineros o curas de indios. Dijo el Sr. Inca: "Señor, el decreto de V. M. de abolición del tributo per– sonal de los indígenas americanos ha derribado hasta los ci– mientos aquel muro fuerte, que por espacio de tres siglos puso en inmensa separación a los habitantes del antiguo y nuevo mundo. Rompióse ya con sola una palabra de V. M. la piedra de escándalo, que alejaba el afecto de tan dignos ciudadanos. y se borrará para siempre, si V. M. lo quiere, la línea diviso– ria, injusta y degradante, que obligándolos a girar en círculos desiguales, parece los precisaba a fijar sus corazones en cen– tros también desiguales. Feliz 12 de marzo, que va a derramar el consuelo y la prosperidad entre aquellos inocentes herma– nos. Yo, en nombre del imperio de los quechuas, al que la na– turaleza me ligó con altas relaciones, no puedo dejar de feli– citar a V. M. por una providencia tan sabia y liberal. ni puedo -43-

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz