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LA FUNDACIÓN DE LOS PUEBLOS YENEZOLANOS 13 Lora y Arigüisa (Arikuaisá). Ambos ríos son de bastante cau– dal y juntos forman el Santa Ana que vierte sus aguas al Lago de Maracaibo, siendo navegable en toda su extensión. Este es un valle fertilísimo de no menos de 100 krn.s. de largo por 60 de ancho, casi todo poblado de selva virgen y de tupida vegeta– ción. La última de las tres habitaciones de los indios que visita– mos, no dista de los campamentos de la Goulf, en el Catatumbo, más de 25 kms. y parece fácil el acceso enh'e ambos puntos. "Por los datos que anotamos y que pudimos observar con bastante precisión, los indios de este valle, llamado del Arigüisá (Arikuaisá) por el río de este nombre, son de bastante cultura, muy trabajadores, altos y fornidos. Visitamos tres habita– ciones situadas a dos y cuatro kilómetros del río Lora. Son rectangulares, con los extremos redondeados, lo que les da apa– riencia de óvalos. Su largo de 50 metros, su ancho de 10 ms. y su altura de unos 8 mts. Las puertas principales están en los extremos. No tienen paredes exteriores y el techo, de palma real, llega hasta el suelo. En el interior de cada una de ellas hay una segunda habitación construída de madera de balso y cubierta con una troja que les sirve para depositar sus armas, etc. En esa habitación interior están los fogones, he– chos de tres o cuatro piedras grandes y los ahmnadores o pa– rrillas para la carne y el pescado, construídos con gruesas ra– mas de madera verde. En el espacio de tres metros y medio entre ella y la pared exterior están colgados los chinchorros de majagua y extendidas las esterillas que les sirve de lecho. "La fabricación de cualquiera ele estas casas sería motivo de orgullo para los trabajadores de nuestro campesinado o clase media. No usan clavos, ni alambre, todas las piezas están bien sujetas y amarradas con bejucos. Por el número de chinchorros y esterillas se puede calcular en más de trescientos el número de habitantes de cada casa. Estas pueden contener hasta 400. "Usan ollas de barro de hechura perfecta y de diversos ta– maños, algo puntiagudas en su parte inferior. Tienen telares para fabricar las mantas que usan los varones y las falditas que usan las mujeres por todo vestido. "A pesar de no tener casi herramientas mantienen sus campos de labores limt)ios y bien cultivados. Cultivan en gran-

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