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ü8 DÍA 13 cípulos, diseminados por el mundo, y que, milagrosamente, fueron reunidos al lado de la Virgen para que tuvieran el consuelo de verla y hablarla -antes de morir. Y así fué, en efecto. Viéndoles todos juntos, María les habló cariñosamente, les exhortó a con– tinuar fieles en su ministerio y, teniendo to– dos sus ojos arrasados en lágrimas, la Vir– gen santa se durmió en el Señor. Meditemos brevemente en el feliz trán– sito de nuestra Madre, y pidamos la gracia que des'eemos conseguir. Para mejor obtenerla, le dirigiremos lás Úgu ien – tes deprecaciones y Avemarías, como en la pág . 16 . JACULATORIA Por vuestra preciosa muerte, Virgen amabilísima, concedednos la gracia de una muerte feliz ante los divinos ojos. FLOR PARA ESTE DíA Consagraré mi vida a María , para que ella me asista en la hora de la muerte.