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CON FLORES A MARÍA El ángel era Gabriel, la aldea se llamaba Nazaret, la embajada que Dios le encomen– daba era solicitar de la doncella el libre con– sentimiento para que el Hijo de Dios toma– ra cuerpo mortal en sus purísimas entrañas, y el nombre de la Virgen era María. María <lió su consentimiento y el Verbo se hizo carne. El mundo podía alegrarse; muy pronto contará entre sus habitantes al divino Redentor. Meditemos la hermosa generosidad de la Virgen en este Misterio y pidamos la gracia que deseemos conseguir. Para mejor obtenerla, le :dirigiremos las siguien~ tes deprecaciones y Avemarías, como en la pág. 16. JACULATORIA Virgen llena de generosidad para con Dios, haced que también nosotros, a ejem– plo vuestro, sepamos corresponder a las lla– madas divinas y santas invitaciones. FLOR PARA ESTE DíA Ponernos varias veces incondicionalmen– te en manos de Dios, para honrar la gene– rosidad de nuestra Madre María.

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