BCCCAP00000000000000000000513

32 DÍA 4 JACULATORIA ¡ Oh María! Nos alegramos contigo to– dos los que amamos al Señor, porque, cuan– do todavía eras niña pequeñita, fuiste ya del agrado del Altísimo. FLOR PARA ESTE DíA Ofreceré a Dios todo mi ser y me uniré a las elevadas intenciones con que se ofre– ctó a El la Virgen María. EJEMPLO "Vuelve a no~otros esos tus ojos 1uj~ericordiosos..." U no de los casos en que aparece con ma · yor claridad cuánta es la eficacia de la mira– da amorosa de María, lo tenemos en la vida de San Gabriel de la Dolorosa. ¿ Qué hubiera sido del joven Francisco, que así se llamaba antes de entrar en Reli– gión, sin esa mirada de la Madre Dolorosa? Todo se podía temer. Juventud, elegancia, talento, distinción; estas cualidades y muchas otras eran poseí– das en alto grado por nuestro joven. Por eso, el éxito le acompañaba inseparable, y

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz