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J94 PARA OFRECER LAS FLORES ISABEL. Estás en lo •cierto Carmen. Y o creo que en este suelo Hay también flores tan bellas Que parece que nacieron En los divinos vergeles De los jardines eternos. Basta mirar nuestras flores Para convencerse de ello. CARl'\lEN. Oye, Isabel; ya que has dicho Que flores hay en el cielo, Aquellos ángeles puros Que nos guardan en el sueño, i Con qué placer cogerán, Con qué cuidado y esmero, L as flores de tus campiñas; y la Reina de los cielos Con qué celeste sonrisa Recibirá sus obsequios! ISABEL. Es verdad. Pero no envidio A los ángeles tan bellos, Porque sé que a nuestra Madre Lo mismo le dan contento L as fl.ores de aquesta tierra, Si es que con amor inmenso Y con pureza y fervor Le damos lo que tenemos. Por eso, yo desde ahora Traer a la Virgen quiero Todos los días las flores Que encuentre sobre· este suelo. CARMEN. Sí, pero recuerda, amiga, Que Mayo pasa muy presto, Y que volverá .el otoño, Y después el frío invierno,

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