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186 MISA PROPIA PARA LA FIESTA su presencia, el holgarme «en la creación» del Universo, · siendo todas mis delicias el estar con los hijos de los hombres. Ahora, pues, oh hijos, escuchadme, bienaven– turados los que siguen mis caminos. Oíd mis documentoc:. y sed sabios, y no querais desecharlos. Bienaventurado el hombre que me escucha, y que vela continuamente a las puertas de mi casa, y está de observación en los umbrales de ella. Quien me hallare, hallará la vida, y alcanzará del Señor la salvación. GRADUAL. (Iudith. 13, 23.) Bendita sois del Señor Dios altísimo, oh Virgen María, sobre todas las mujeres de la tierra. V. (Ibid. 15, 10.) Vos la gloria de Jerusalén, Vos la alegría de Israel, Vos la honra de nuestra nación. ALELUYA, aleluya (Can. 4, 7). V. Toda hermosa sois, oh María, y en vos no hay mancha original. Aleluya. En las misas votivas después de septuagésima, omitidos el Aleluya y su versículo, se dice: TRACTO (ps. 86, 1-2). Sus fundamentos en los montes: ama el Señor las puertas de Sión más que todas las mo– radas de Jacob. V. (Ibid. 3.) Gloriosas cosas se han dicho de ti, oh ciudad de Dio<:,, V. (Ib:d. 5.) Un hombre ha na– cido en ella. y el mismo Altísimo lo ha fundado. En tiempo Pascual, omitido el Gradual, se dice en su lugar: ALELUYA, aleluya (Iud. 15, 10). v. Vos la gloria de J e– rusalén, Vos la alegría de Israel, Vos el honor de nuestro nueblo. V. (Cant. 4, 7.) Toda hermosa sois, María, y en Vos no hay pecado orig'inal. Aleluya. EVANGELIO (Luc. 1, 26-28). En aquel tiempo: Envió Dios al Angel Gabriel a Ng,zaret, ciudad de Galilea, a una virgen desposada con cit1rto varón de la casa de David, llamado José, y el nombre de la Virgen era María. Y ha– biendo entrado el Angel a donde ella estaba, le dijo: Dios te salve, llena de gracia, el Sefior es contigo; bendita tú eres entre «todas» las mujeres. Creo... OFERTORIO (Luc. 1, 28). Dios te salve, Maria, llena eres de gracia, el Señor es contigo ; bendita tú eres entre to– das las mujeres. Aleluya. SECRETA. Aceptad, Señor, la hostia saludable que os ofre– cemos en la festividad de la Inmaculada Concepción de la bienaventurada Virgen María y concedednos que, pues la confesemos inmune de toda culpa, por vuestra gracia