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142 DÍA ·29 Inquieta la santa hasta conocer en qué estado se hallaba este negocio, con suspiros y lágrimas pidió a la Virgen le diera a co– nocer el final de su hijo Carlos. La Santísima Virgen consoló a su fiel Brígida, haciéndole un día esta revelación: "Tu hijo Carlos, al fin, se ha salvado. Aquella devoción y amor que tú le enseñas– te, y que él no olvidó en medio de sus lige– rezas, es lo que le ha merecido tan gran fa– vor. No le he abandonado yo a él. Yo mis– ma le he asistido en su agonía, y le iba su– giriendo aquellos actos que todo buen cris– tiano debe hacer en aquellos momentos de– cisivos para la suerte final de los hombres." Supo también Santa Brígida que la Virgen no permitió al demonio tentar ni acercarse a Carlos en la hora de la muerte y que Ella, por sí misma, presentó su alma al Su– premo Juez y arregló todas las cosas de forma que el enemigo no pudiera tomar la menor parte en aquella causa. Como glo– rioso final. María no lo dejó hasta ver có– mo se le abría'n las puertas del Paraíso. Oración Final, etc., como todos los días , pág. 19.

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