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CON FLORES A MARÍA ] " _i) Oración preparatoria para todos los días ¡Virgen Inmaculada y ~<ladre mía María! Vos sois la esperanza en nuestro decai– miento, fortaleza en nuestra debilidad y amparo en el abandono. Yos, el consuelo en nuestras horas amargas y la luz en los días de tiniebla, tan frecuentes en nuestro vivir de desterrados en este mundo mise– sable. Vos lo sois todo para nosotros, por ' eso, con la misma naturalidad con que el agua busca el nivel, y la piedra despren– dida de la cim.a del monte, se va al fondo del valle, donde encontrar reposo, suspira por Vos nuestro inquieto corazÓÍ1 y bus– ca ]a sombra de vuestros altares para des– cansar. Una vez más, venimos gozosos a cele– , brar vuestras grandezas; una vez más, nos postramos ante vuestra imagen, ansiosos de recoger de vuestros labios celestiales , sonrisas, y, de vuestras manos, las mismas gracias que en años anteriores. Jamás agradeceremos bastante a Dios el habernos dado a Vos por l\ladre y Aboga– da. ¡Oh, Señora dulcísima! i.Qné hubiera