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122 DÍA 25 que recuerda y recordará a las generacio– nes venideras, cuánta fué la protección que la Virgen dispensó a los habitantes de aquella ciudad. -Es un episodio de la Guerra de Sucesión de España. Los franceses, enemigos del Duque de Saboya, asaltaron sus Estados y, después de ocupar otras ciudades, pusieron cerco a Turín, con una cantidad de hombres que se elevaba a 80.000, bien pertrechados de armamento y de cuanto hacía al caso. En cambio, dentro de la ciudad, no ha– bía más de ro. ooo soldados. Pero había entre ellos un hombre que valía por mu– chos millares: el Beato Sebastián Val– fré, quien había conseguido inspirar en el ánimo de los sitiados absoluta confianza en que la Virgen Santísima no les abando– naría. Confiados, pues, en ella, luchaban y se defendían de una manera prodigiosa. La situación se agravaba. Habían su– cumbido en gran número; escaseaban las municiones y la falta de víveres hacía que se sintiera el hambre. El Duque, a fin de darse perfecta cuen– ta de las operaciones de los franceses, subió con el Príncipe de Saboya a un altozano,