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CON FLORES A MARÍA 117 EJEMPLO Eficacia del Avemaría ¿Quién no sabe cuán excelente es el Ave– maría y cuánto le agradaba a la Virgen oír– nosla recitar? El siervo de Dios P. Antonio de Trápa– ni, Capuchino, acudía ál Avemaría como re– curso universal. Claro está que tenía a la Virgen una devoción que rayaba en santa locura. Todo el tiempo se le pasaba en ob– sequios, sobre todo el sábado, y en las múl– tiples necesidades , así en lo que había de hacer como resolver, su proceder era el si– guiente: rezar el Avemaría. Solía decir: "Hijo, el Avemaría." Y la Virgen no de– jaba de responder a la confianza de su de– voto. Estaba, por ejemplo, ayudando a los le– ñadores. Cogía el hacha el Padre Anto– nio, y diciendo: "Avemaría", al mismo tiempo que daba el golpe, el leño se partía por medio, aunque fuese muy duro y nu– doso. Lo inismo que cuando los leñadores daban el hachazo, si decía el Padre. "Ave– maría", era más eficaz su esfuerzo. En aquel tiempo, teníamos los españo– les gran enemistad con los franceses, quie-