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106 DÍA 22 está el triunfo, y así pasó aquí. Las lágrimas - de aquella Virgen doliente de la Saleta, ca– yeron sobre la inteligencia y el corazón de Ernesto y obraron en él a modo de bautis– mo, le dieron entrada en la única arca de salvación: la Iglesia Católica. Pero hizo una entrada triunfal. Vivió como un ver– dadero santo, y además , tuvo la dicha de influir con su virtud en el alma de su padre , que también abrió los ojos a la luz. En la guerra europea , Ernesto luchó con el Rosario en la mano y el Crucifijo en el pecho, y al caer, el 22 de octubre de I 9 I 4, cayó como los héroes y los santos, gracias a María. Oración final , etc., como todos los días, pág. 19 . DIA 22 Cántico, etc . .. T @do como el primer día , pág. I 2. CONSIDERACIÓN Quinto dolor: lVIaría ve morir a su Hijo La Pasión de Jesús se iba desarrollando en toda su terrible atrocidad. Nos encon– tramos hoy en una de esas escenas que todo

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