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1111 V8DUOlizar desde los signos de los tiempos Aquellos que frecuentemente descalificamos por la acidez con que nos fus– tigan al considerarnos "cerrados y hoscos", jamás dejan de aludir con entera naturalidad a la misericordia de Jesús, a la capacidad de perdonar que ha de tener la Iglesia, si de verdad se considera discípula del Maestro. Si Dios fuese tan severo como lo son algunos pastores y cristianos a la hora de mirar al mundo y no encontrar en él nada bueno, y de juzgar a sus semejantes y condenarlos sin atenuaciones por ser en algo diferentes, ninguno de ellos se salvaría. ¡Qué mal se ha entendido eso de que seremos medidos con la misma vara con la que "cortemos" a los demás!. Gianfranco Ravasi, Presidente del Consejo Pontificio de la Cultura, hablando de los conflictos que en el pasado se dieron entre la Iglesia y la Ciencia, dijo muy recientemente:"Considero que ya hemos mirado demasiado suficiente– mente al pasado, que ya todos hemos recitado justamente nuestro mea culpa. Ahora ha llegado el momento de mirar al futuro con optimismo en las relacio– nes entre ciencia y fe". Seguir diciendo: ¡Qué mal anda el mundo, adónde vamos a parar!, y cruzar– nos de brazos es un grave pecado. Al fin y al cabo, todos vamos en ese carro. ¿O no?. ECONOMIA La crisis económica por la que atraviesa el mundo entero, y no sólo fraccio– nes, nos lleva a afirmar que, por mucho que los "gestores" locales se empe– ñen en orientar los ingresos, la producción y el consumo de sus países, no conseguirán sus propósitos sin el concurso de los polos de mayor influencia. Partiendo del derecho social que toda persona tiene al tra0ajo como medio de desarrollo y sustento, y que ha santificado el mismo Dios al ordenarnos ganar el pan de cada día con el sudor de nuestra propia frente, podemos afirmar que de hecho casi la mitad de la humanidad tiene cerradas las puer– tas de acceso al mismo. .
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