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V8UU01izar desde los signos de los tiempos forma parte de un engranaje que puede volverse contra el hombre si pierde la armonía en su funcionamiento. El ejemplo de Francisco de Asís es el más expresivo. Comenzó por llamar "hermanos" al sol, la luna y la tierra y terminó haciendo lo mismo con el fuego, el dolor y la muerte. Sabiendo que todo lo que nos rodea es obra del Creador, parece ilógico usarlo para fines diferentes a los que El le asignó. San Gregario de Nisa decía que "el universo es un himno maravillosamente compuesto". YTeillhard de Chardin escribía en 1933: "La edad de las naciones ya pasó. Si no queremos morir es hora de sacudimos los viejos preconceptos y construir la tierra". Ambos eran conscientes de que la naturaleza es la obra maravillosa de Dios que tiene que recapitular en sí todas las cosas para ser todo en todos. La "Centesimus annus" nos ha señalado la tarea pastoral en el campo de la ecología. 11 El hombre, impulsado por el deseo de tener y gozar, más que de ser y crece 0 consume de manera excesiva y desordenada los recursos de la tierra y su misma vida. En la raíz de la insensata destrucción del ambiente natural hay un error antropológico, por desgracia muy difundido en nuestro tiempo. El hombre, que descubre su capacidad de transformar y, en cierto sentido de 11 crear 11 el mundo con el propio trabajo, olvida que éste se desarrolla siempre so– bre la base de la primera y originaria donación de las cosas por parte de Dios". En los países del primer mundo la contaminación ha llegado a extremos in– soportables que no solamente dañan la salud corporal, sino que provocan muchas otras reacciones sin control. Aunque se ha empezado a reciclar par– te de lo que termina siendo basura, los desperdicios arrojados cada día en las grandes ciudades ponen de manifiesto el derroche frívolo de productos muchas veces utilizables y el deterioro del medio ambiente. Entre nosotros campea el descuido de los bienes que tenemos en la tierra y bajo ella, en el mar y en nuestro espacio aéreo. La marginalidad a la que nos
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