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• vangolbar desde los ,;gnos de los ,;empos la Iglesia se convierte en testigo incómodo cuando se opone al en– frentamiento de clases y a la filosofía de las estrategias que utilizan cualquier medio para alcanzar el fin que se proponen; en aras de una democracia aceptada como parámetro, se tolera la existencia de las creencias religiosas, pero se las obliga a refugiarse en el ámbito privado; la Iglesia en concreto ha sido tildada de anticuada y arcaica, opuesta a la vida como goce y exploración, contraria a la libertad, fanática y fundamenta/ista. El mismo Jesús es aceptado como protector de los pobres y crítico del autoritarismo, pero es rechazado cuando invita a una vida reglamentada por determinados postulados. Estas críticas, nos dice E. Bueno, "son precisamente las que permiten mirar de frente al mundo actual para mostrar lo que la fe puede realmente aportar: no es simplemente unos contenidos doctrinales sino una nueva comprensión del mundo. Su propuesta, que es también una alternativa cultural, debe encarnar y proyectar un asombro y una admiración que purifiquen la libertady enriquez– can la experiencia de la vida". Ya Kant nos alertó sobre las terribles consecuencias que se derivarían de la separación de la ética de la razón pura de la práctica. Muchos científicos modernos, entre los que debemos citar a Oppenheimer y Testart, se han re– belado contra ciertas pretensiones de la tecnociencia, sin relación alguna con parámetros éticos. G. de Carvajal ha dicho que "resulta imprescindible una moral exigente en el mundo de la ciencia. Es mucho lo que nos jugamos. Pero la experiencia dice que, por desgracia, los códigos éticos suelen tener una eficacia limitada¡ y si la moral no es capaz por sísola de orientar correctamente las investigaciones de los científicos, será necesario ayudarla con una orienta– ción oportuna". Los más preocupados por las consecuencias de una ciencia autónoma, pro– ponen la elaboración de un código mínimo que ha de ser respetado porto– dos para evitarle riesgos incalculables a la humanidad. No debemos olvidar

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