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IL· 11 SIGIO BE IAS PIEIUNTIS Y IAS DUDAS ■ humana no está siempre mecánicamente en progreso. Todo hombre es siempre capaz de lo mejor y de lo peor. Su grandeza consiste en que puede escoger el amor y rechazar el odio, en que puede decidir construirse en vez de destruirse. ¿Es esto pesimismo?. No, es tener una visión realista del hombre". Vivimos, efectivamente, en un mundo que ha dado saltos gigantescos en lo que a ciencia y tecnología se refiere. No será correcta la actitud de quienes, por sistema, se opongan a tales hallazgos. Algunos lo hicieron en otro tiem– po, con el único fin de evitar el más mínimo riesgo, incluidos los personales, y nos causaron serios reproches a todos. Hacerlo hoy significaría negar la presencia creadora del Espíritu y el mandato de "dominar la tierra", lo que a su vez separaría definitivamente a la Iglesia del Mundo. Es preciso dejar que la ciencia y la tecnología se empeñen en descifrar los misterios del mundo. Si lo hacen con la misma humildad con la que el cre– yente debe acercarse a todo acontecimiento, no habrá contradicción entre el Creador y lo creado. Muy por el contrario, Aquél se nos convertirá en más cercano al verlo reflejado en su obra. "Lo malo, nos dice G. Carvajal, es cuando la secularización no se contenta con eliminar la imagen falsa de Dios, sino cualquier imagen suya¡ es decir, cuando acaba arrasando cualquier sentido de ultimidady de trascendencia de la vida, cayendo así en lo que hemos llamado "secularismo". En ese caso debemos oponernos con todas nuestras fuerzas". El "secularismo" que se ha ido haciendo presente en todas las culturas oc– cidentales, ha dicho Haring "no es una abierta declaración de hostilidades contra la religión o contra la fe en Dios. El secularismo es, simplemente, des– conocimiento de Dios: se prescinde de Él a la hora de organizar la historia y la propia vida'~ El secularismo ha dado paso a una "cultura horizontal" desde la que se pue– de prescindir de todo antecedente e inventar lo que ahora y aquí se crea