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mas escuchado a pensadores que no dudan en afirmar que todo lo que con– tribuya a apartar al ser humano de "ir más allá" de lo palpable, implica una severa ignorancia y adelanta una especie de suicidio colectivo. Yel que logre convencerle, aunque sea momentáneamente, de que todas las respuestas las tiene a su alrededor, puede ser considerado reo de "lesa humanidad" cuando sobrevenga el desconcierto. Urs van Balthasar nos ha recordado que "el hombre es un ser con un misterio tan grande en el corazón que es mayor que él mismo 11. Sacando conclusiones de tan admirable observación, decía A. Bolado: "Es el proceso por el que vol– vemos de los objetos a los que nos dirige nuestro pensamiento hacia la luz que lo ilumina; de las cosas hacia las que nos orienta nuestro deseo, al bien que radicalmente atrae la voluntad, del curso de nuestra vida al manantial que permanentemente la origina 11. El filósofo Eugenio Trías interpela a quienes se han propuesto liberarnos de las ataduras a las que, según ellos, nos han sometido las creencias religiosas, sin tener luego el coraje de recoger con humildad las protestas que despi~r- , ta su radicalidad. "Se ha frivolizado con el tema religioso en el sentido de que se ha dedicado, de un modo muy unilateral, a desenmascararlo, a criticarlo, a advertir todo lo que tiene de falsa conciencia, de ideología, de creación de ilusiones. Yse ha pasado por alto que la dimensión religiosa es muy radical. Si la erradicamos, también erradicaremos la Humanidad... Ahora, y en parte por una crisis profunda de la idea de modernidad y de razón, el lema de pensar la religión es uno de los más importantes en simposios internacionales. Hay que pensar la religión cuando se ha acabado un siglo y se liquidan también ciertas ideologías en las que se depositaron quizá excesivas esperanzas". Cuando el Papa invitó recientemente a los líderes de Europa a no olvidar las raíces cristianas de los países que gobernaban, les estaba indicando que, prescindiendo de ellas, quedarían sin sostén y explicación muchas otras di– mensiones, como el arte, las costumbres, la cultura, la familia, en definitiva, la identidad.