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vangellzar desde los signos de los tiempos buscar el aplauso y la contemplación si se tributan al "poder" que represen– tamos. Como tampoco debe acoquinarnos el desprecio si conduce a hacer– se preguntas a quienes nos lo dispensan. No es tarea fácil evangelizar en estas circunstancias, pero luce apasionante. El mundo que nos rechaza en realidad nos necesita, como el adolescente que no aguanta la autoridad de los padres justamente cuando desea sin– gularizarse, pero que sabe que sin ella todo se le convierte en inalcanzable. Se busca el "producto" definitivo que le ofrecemos, pero a veces puede ser repudiado por la forma en que se lo "vendemos". Benedicto XVI, en su mensaje para el Domund del 2007, nos recordaba:"El compromiso misionero sigue siendo el primer servicio que la Iglesia debe pres– tar a la Humanidad de hoy, para orientary evangelizar los cambios culturales, sociales y éticos¡ para ofrecer la salvación de Cristo al hombre de nuestro tiem– po, en muchas partes del mundo humillado y oprimido a causa de pobrezas endémicas, de violencia, de negación sistemática de los derechos humanos". Se requiere, por encima de todo, personalizar el cristianismo. El mensaje que llevamos no es una simple lección de historia. No puede anunciarse en el mismo tono y con la misma distancia con que cualquier guía turístico, por ejemplo, habla de lo que no vivió. Sólo podremos ser testigos creíbles de algo tan entrañable y transformador como lo es el anuncio que el mis– mo Jesús nos mandó pregonar, si antes lo hemos saboreado en todas sus dimensiones. Juan Martín Ve lasco nos ha dicho que "personalizar el cristianismo significa, en primer lugar, realizar personalmente la experiencia cristiana con su plura– lidad de contenidos que abarcan la totalidad de la persona: razón, sentimien– tos, decisión, opción libre, acción en el mundo, relación interpersonal, con su asombrosa pluralidad de niveles, que comportan un largo itinerario y el paso por etapas sucesivas, y con su inagotable riqueza de aspectos: teologal, ético, cúltico, práctico y hasta político".

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