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V3UUOliZ3f desde los signos de los tiempos Certificamos lo que ha escrito con vehemencia Brighenti: "La encrucijada en la que nos encontramos no es un callejón sin salida, o ''fin de la historia", que nos condenarían a una dictadura del presente. La perplejidad no nos condena al inmovilismo. Antes bien, nos invita a surcar nuevos caminos, muchos de los cuales, además, ya se están abriendo en medio de la opacidad de la histo– ria. Nuevas señales de los tiempos aseguran un cambio de época, desafiante también para el cristianismo... La conciencia de esta precariedad es condición para relativizar la propia forma de presencia en la historia y así, en el caso de la Iglesia, situarse en su debido lugar (ser medio entre lo visible y lo invisible), y no en fin, absolutizándose a símisma". Todos constatamos cómo, en medio de este maremágnum confuso que ha venido a desatar el cambio de época, muchos han ido adelantando proyec– tos. La Iglesia no puede dejar de presentar el suyo. Ydebe tener en cuenta a la hora de redactarlo que si bien es poseedora de bienes y verdades que no pueden ser negociados caprichosamente, tampoco puede proclamarse infalible en todas las ciencias y artes. Tendrá que reformular a cada instante, aunque siempre desde su esencia, las respuestas que ha de dar a las descon– certantes preguntas que le formulan. -Humildes buscadores del Reino La Iglesia no es el Reino de Dios. Pero es la llamada a trabajar para que ese Reino tome cuerpo entre los hombres. No puede definirlo ni encasillarlo de una sola vez. Pero si se deja llevar por el Espíritu podrá abrirle cauces. Y a veces de modo sorprendente para nuestra desconfianza. Tenemos que ser muy humildes los cristianos en general, y muy especial– mente quienes hemos asumido voluntariamente tareas concretas dentro de la Iglesia. Ya no vamos a nadar en medio del prestigio. Ya pocos pregun– tan por nosotros para cubrirnos de halagos. Nos toca desposeernos de toda prepotencia, de la seguridad de muchas de nuestras estrategias, para acer– carnos al otro, con respeto y admiración, a la cultura distinta, a las situacio-