BCCCAP00000000000000000000512

V. -ANUNCIAR UNA IGLESIA FRATERNA honestidad. El nepotismo, en sus más diversos grados, también ha causado terremotos en la Iglesia. Sobre todo, cuando la autoridad es ejercida para ganar súbditos o aplausos personales, y no para ordenarlo todo desde Cris– to para bien de los hermanos. La Iglesia vive inmersa en un mundo en el que todos nos necesitamos. Nadie es tan poderoso como para prescindir de los demás. Hemos sido configurados de modo incompleto en las artes y oficios de la vida. Ni el mejor de los ciruja– nos puede llevar a cabo con éxito una operación si carece de la ayuda de las enfermeras, los encargados de la limpieza y los técnicos del laboratorio. Cuando una institución o el gerente de cualquier sociedad o agrupación hu– mana insisten en tener la última palabra, sin que antes hayan permitido a quienes les rodean expresarse, la catástrofe será evidente. Nuestra misma naturaleza nos indica que hemos nacido para prestar servicios a los otros y recibir aportaciones de ellos. Justamente la Iglesia es hoy más apreciada por sus obras sociales que por sus discursos. Atraen en su seno mucho más las monjas que se gastan silenciosa– mente en los hospitales o en las casas de acogida, entre los enfermos de sida o dignificando prostitutas, que los teólogos clarividentes o los jerarcas más deslumbrantes. Los frutos que dan a conocer a la Iglesia pasan antes por el servicio desinteresado y cercano que por el laboratorio de la ortodoxia. San Pío X fue un santo tan humano que afirmó barbaridades, con la mejor buena voluntad, pero no por eso menos graves. En su exhortación Vehe– menter nos, llegó a decir que "sólo en la jerarquía residen el derecho y la auto– ridad necesaria para promover y dirigirá todos los miembros hacía el fin propio de la sociedad. En cuanto a la multitud, no tiene más obligación que dejarse gobernar y obedecer dócilmente las directrices de sus pastores". Esta obediencia ciega del pueblo común, e incluso la que se le exige a los gerentes de menor rango con respecto a los que ocupan escalas superiores,

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz