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V. -ANUNCIAR UNA IGLESIA FRATERNA La unidad es garantizada por el mismo Espíritu que avala la legítima plu– ralidad. Nos lo dice San Pablo: "Los dones son variados, pero el Espíritu es el mismo; las funciones son diversas, aunque el Señor es el mismo; las acti– vidades son diferentes, pero es el mismo Dios quien lo activa todo en todos" (Hech 2 1 1- 11). La unidad queda garantizada por la fe en Jesús, que es común a todos los que reciben el bautismo y la confirmación. El Espíritu que ha recibido la con– vierte en Santa, el compromiso de anunciar la Buena Nueva a todo pueblo y nación la hace Católica. En la medida en que consigue transformar el mundo puede ser catalogada de Apostólica. Desde esta unidad en la diversidad tiene que dar paso a los ministerios y carismas que la llevarán a entrar de lleno en el mundo. "Ambas dimensio– nes, continúa diciéndonos F. (arnacho, la ministerial y la institucional y la carismática o espiritual han de complementarse y respetarse mutuamente sin que ninguna pretenda imponerse sobre la otra o anularla. De lo contrario, ten– dríamos ministerio sin espíritu o carismas sin control, lo que desembocaría en el primer caso en el despotismo o autoritarismo, y en el segundo, en el caos o la desorganización". La Iglesia no nos ha sido dada por Jesús para servirse a sí misma. Muy opor– tunamente lo ha dicho D. Bonhoeffer: "La Iglesia sólo es Iglesia de Cristo si existe para Cristo y no para sí". El mensaje que ha recibido no es para guar– darlo como tesoro oculto, para disfrute de unos iniciados, sino para ofre– cerlo a todos como camino de vida y salvación. El "depósito de la fe" ha de traducirse en dividendos aceptables para la comunidad. Aunque la Iglesia es la casa grande porque a ella están llamados realmente todos los hombres, razas y culturas, debe dispensar una predilección espe– cial a quienes más la necesitan. Su empeño principal será sentar a todos a la misma mesa. La "predilección" hablará expresivamente de su sensibilidad, lenguaje perfectamente inteligible para el hombre de hoy. ■fil