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m. - LA PASIÓN DE LOS IIESAFIOS La familia incompleta, presidida tantas veces por madres coraje, debe ser también un entorno propicio para la evangelización. No podemos margi– narla por no estar sujeta a los cánones establecidos. Los divorciados vueltos a casar o simplemente separados no pueden ser juzgados a distancia. Nunca seremos capaces de entender el dolor que para la mayoría de ellos ha supuesto la ruptura y el deseo que tienen de ser es– pecialmente atendidos y consolados por la Iglesia. ¿Qué haremos si no con ese cincuenta por ciento de hijos de divorciados que frecuentan nuestros colegios católicos?. MEDIOS DE COMUNICACIÓN Sobre los medios de comunicación di a conocer mis apreciaciones en "Retos pastorales de la Iglesia en Venezuela" y en apartados anteriores. No está demás volver sobre los mismos, puesto que cada día invaden más hogares y conciencias, presentándose como la única universidad de la vida. Desde ellos se gobierna, se aliena, se fanatiza, se vende y se frivoliza. Las imágenes del televisor, la voz insinuante de la radio, las pantallas de las computadoras, el internet y hasta los teléfonos portátiles, han terminado por caparlo todo. Para muchos ciudadanos, especialmente para los jóvenes, lo que ellos digan u ofrezcan debe tomarse como dogma de fe. Tan decisivos son estos medios en la configuración de la sociedad, en la orien– tación de los individuos, en crear patrones de conducta y en todo lo que tenga que ver con la organización política y empresarial, que grupos, fuerzas, par– tidos e ideologías pugnan por hacerse con ellos para ponerlos al servicio de sus intereses. Una vez atrapados deben limitarse a ser la voz del amo, que no repara en gastos, medios y recursos para conseguir lo que se propone. Aunque los medios son, en principio, neutros, ni buenos ni malos, el uso que habitualmente se hace de ellos roza lo perverso y, ciertamente, lo tenden- hf{W
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