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m. · LA PASIÓN DE LOS DESAFIOS Sin dejar a su suerte a las "masas de cristianos", se ha de insistir en la crea– ción de grupos especialmente concientizados, formados, impulsados para que sean el germen con el que y desde el que gradualmente se contaminen las mayorías. De hecho, observamos cómo algunas comunidades lánguidas han recobrado el entusiasmo con el testimonio de cristianos estrechamente vinculados a las tareas pastorales. El pueblo llano de Dios puede ofrecernos agradables sorpresas. Si la fe está arraigada en su corazón puede desafiar aguerridamente las impug– naciones y las amenazas. Cuando los franciscanos regresaron a los case– ríos más apartados de México, después de verse obligados a abandonar– los por décadas, encontraron a las comunidades cristianas llenas de vigor. Los "terciarios franciscanos", formados para el compromiso apostólico, habían mantenido la fe y el culto. Lo mismo que las "babuskas" (abuelas) en la Rusia comunista. Si deseamos que esta "religiosidad" ahonde en las consignas evangélicas y se relacione adultamente con una Iglesia cercana, sin caer en la tentación de convertir la fe en un producto del variado mercado que ofrecen las socieda– des consumistas, hemos de tener muy en cuenta lo que nos sugirió Puebla: "La Iglesia ha conquistado paulatinamente la conciencia 1 cada vez más clara y profunda, de que la evangelización es su misión esencial y de que no es posible su cumplimiento sin que se haga un esfuerzo permanente por conocer la rea– lidad y adaptar el mensaje cristiano al hombre de hoy y su entorno, de modo atrayente y convincente" (85). La nueva evangelización ha de ser el resultado del encuentro entre el men– saje cristiano y los desafíos de la historia. Me atrevo a afirmar que el men– saje nunca perderá la batalla si lo anunciamos como el mismo Jesús lo hizo, desde la cercanía, la convicción y el respeto. La globalización y el sentido sólo utilitario de la vida, con toda la gama de expresiones, gestos y signos que engloba, nos obligan a no pasar de largo. Ouerámoslo o no van a terminar invadiendo todos los estratos de la socie- ■1·€1