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PFRóL0e0 A España—la Madre Patria—le cabe el orgullo de ser Madre reconocida, hoy y siempre, por sus hijas las jóvenes Naciones y Re- - públicas españolas de Arnerica, España descubrió, exploró, pacificó, colonizó y civilizó todo un mundo, que Dios puso, maravillosamente, en sus manos, como premio a la indecible lucha de siete siglos contra la morisma; Ya antes los Romanos se hicieron dignos de que Dios les permitiese gobernar gran numero de gentes, como premio a la guarda de las leyes natura1s que supieron hacer guardar a los pueblos incultos. Los Romanos mas tardese hicieron indignos de este imperio, y, hoy, nada queda de él, sitió el recuerdo histórico junto con las ruinas que investigan los sabios. A España, guiada por la Iglesia, de Dios le queda en cambio la misma Raza ensanchada y perpetuada en los inmensos territorios del nuevo inundo. Segun calculos aproxímados, se cree que Espa- ña volcó en America, además de su sangre, su religión, sus indus- trias y artes, junto con s.0 lenguaje trasluciente y hermoso, por medio de sus fuertes hijos, unos cuarenta millones de habitantes, que automaticamente cimentaron la unidad indestructible de la Raa Española, desde el Cabo de Hornos hasta más allá de Califor- nia y hasta las -puertas de la tierra de Esteban Gómez, más allá de las tierras de Garay y de Ayllón, hoy dominadas por los extraños, que asimismos se llaman Americanos. Lo mas hermoso es ver a la Iglesia de Jesucristo que con su autoridad divina va siguiendo, y aun mejor dicho, se anticipa a la obra misional de España y bendice la accion de los españoles de España y de Portugal, que por las misiones de los regulares supie- ron dar vida espiritual, y aun física, a la unidad de la Raza, hasta crear en America todo un pueblo para Dios, en donde no se cono- ce la blasfemia. ¡Loor a España, a los españoles y a los misioneros españoles! ¡Dios sea bendito! -

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