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- 329 - ngre fue confundida con las aguas dé! Caroní! Por cual serie de sucesos tan inespera- os lic vuelto 1)OTflfl a est.z antiguo mundo, para traer los lastimosos acentos de mis ecesario una di/ata historia para manifestar las infinitas calamidades, penurias e alimentos y otros obstaculos que varias veces pusieron a varios de aquellos fun- adores próximos a la precision de desistir de tan santa empresa ; pero superando or fin todo obstáculo y dificultad, y resueltos a vencer o a morir segun ellos mismos eclararon al Monarca, empezaron 'a abrirse caminos en aquellos bosques que pa. cicin impenetrables; principiaron u reducir e ilustrar a los indios que allí habitaban mo bes1ia; fundaron luego nuevos pueblos e iglesias, y establecieron sus labran- s y hatos o crías de ganados con tales adelantamientos que aquella Provincia en nde el Rey de España solo poseía antes unas pequeñas fortalezas en la orilla del rinoco, llamadas ahora de la antigua Guayana, en las que mantenía un pequeño stacamento de so ?dados, se miraba ya-en nuestros días hecha un jardín espiritual temporal: espiritual por las muchas almas que daba para Dios, temporal por la ande utilidad y honor que de allí resultaba a la Nacíon española, y aun - a /os ismos indios que iban ilustrandose y adelantando cada dio mas en'varius artes y icios, con que se hacían mas sociales y utiles a la república y a si mismos. Se ba- a formado desde entonces la capital con el mismo nombre de Guayana, donde sidían el Obispo y el Gobernador de dicha provincia: es esta una ciudad pequeña, ero hermosa y comercial; sus habitantes en gran parte son europeos, criollos de lí mismo. Hay a mas de esta otras poblaciones suba/ternas de europeos, criollos indios, de los cuales un crecido número deben su fundación y progresos a los pa- es Observantes de San Francisco, hijos de las distintas Provincias de España. ero lo mas floreciente de la Provincia eran los veintisiete pueblos de indios fun- dos y gobernados en lo espiritual y temporal por los predichos Padres Mísione- s Capuchinos de Cataluña, que aunque vivían distribuidos en tales pueblos para mejor regimen de éstos, observaban no obstante una perfecta vida comun de- ndientes y gobernados de un prefecto y dos Conjueces, electos Capitukirtnente r la misma Comunidad congregada; había a mas de estos un procurador gene-. l que cuidaba los intereses de los indios y atendía a las necesidades de los Misio- ros. Estos hermosos uniformes pueblos arreglados segun un mismo plan y las s villas de Upata y i3arceloneta, constituyen lo que llaman baja Guayana, poco enos extensa que la Provincia de Cataluña: confino por el Oriente con el mar; -- r el Norte con el gran Orinoco; por el Poniente, con el caudaloso río Caroni, y r el sur, con las tierras délos holandeses y portugueses. El clima es allí muy ca- r.i, pero muy sano; la estacion es todo el año igual y a corta diferencia como al as riguroso verano de España; pero las brisas o vientos Nordestes la templan al- n tanto, y hacen las noches algo apacibles, particularmente en los seis meses del o que allí llaman verano, no por otro motivo, sino porque no llueve, por contra- sicion a os otros seis meses, en que todos los días llueve, y los llaman invierno; s tierras on fertílisimas en algodon, maíz, arroz, café, cacao, quina y frutas de rias calidades, propias de aquel deleitable país, que no es raro arrebatase la ad- iracion del famoso y célebre Colon, quien luego que descubrió las margenes del rinoco, y reparo en ellas la singular y pintoresca hermosura, variedad y extrañe- de arboles, plantas, yerbas, flores, frutos y animales de infinitas 'especies, no do menos que figurarse había descubierto el paraíso terrenal. De los sobredichos pueblos, cuyos nombres, titulares, habitantes, Misioneros ,, se hallarán en el estado que se pone al fin de esta obrilla (1), dependía casi por tero la subsistencia de toda la provincia de Guayana. por ser los mas abundan- en ganados y frutos de toda calidad; por ellos se babia mantenido libre esta pro- cia, y a favor del Rey nuestro señor, a pesar de que la mayor parte de Costafír- había sido inundada pór la insurreccion. Los rebeldes insurgentes viendo la cha resistencia, y conociendo que la causa total de ella era el influjo de Los pa- (1) Nosotros lo insertamos en e año 1816, al que corresponde semejante documento pág. 322 y 323—.

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