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-26— tomo una fundacfon entre esta gente, de los cuales ay ya muchos Christíanos y algun de cierto en el Cielo pues murieron siendo parvulos y sin malicia alguna despues ayer recivido el Santo Santísimo. - I'lasta los Barbaros distantes de nosotros que jamas avían oído la palabra de Dl tienen algunos de ellos tal afecto al nombre de Capuchino que avlendó salido de su ti rra Un Cacique de los tales llamado Macareyna con mucho numero de gentes de su quito, llego en ocasioii que yo me hallaua en compañía del Maestre de Campo de- Provincia de la nueva Barcelona, llamado Juan Correa, despues de avernos Visto ,pN guto el Barbero al Maestre de Campo quien era yo?. Y apenas oyo (estando sentE la respuesta de que era Capuchino, quando se levanto de su asiento a toda prisa y m alegre y gozoso se vino a mi diciendo en voz alta: Capuchino, Capuchino, y besan él Habito hizo llegar a todos los de su comitiva a hazer la misma funcio. Y concluyendo este punto acerca (¡el amor que ha puesto nuestro Señor en aq lbs Barbaros para con nuestros Religiosos, digo que cuando alguno de nosotros sale' alguna de aquellas. poblaciones para hazer viage forçoso, en sabiendo (lo ?) los indios congregan todos, y temerosos de que sea para siempre la ida del Religioso le dizen,c gran ternura y cariño: Mírci, Padre, que te suplicarnos te buelva.s presto; mira qi • eres nuestro Padre y como tal te amarnos y queremos.. Y junto con esta expresi de afecto le ofrecen lo necesario paro el camino, y quando buelve a la Poblablacíon Religioso, al divisarles desde lexos dizen muy alegres a voces: Mírad, mirad, que , viene el padre. Y en llegando acuden ellos muy festivos y alegres a darle el vien vent y tras de ellos sus mujeres y niños, y todos muy gozosos se hazen varios agasajos Be dito sea Dios por tantas misericordias: A cuya honra y gloria referire aquí a V. Exc:j gunos casos de singulares conversiones. \ CAULO QUINTO "\ QUJ 'T h4 EN P ICULAR DE ALGUNAS SINULARES 'QN VERSIONES \ Y sea el primero un indio envejecido en sus barbaras costumbres y de edad cien años, estando cerca de morir y en el infeliz estado de su Infidelidad, fuimos n chas veces a exortarle. ya uno ya otro Religioso para que recibiera el Santo Santisin y otras tantas veces nos arrojava de si con notable desprecio nuestro de el y de toe los (le su casa, y en particular de su mujer, que le aprobava la resolucion de no ele se bautizar, añadiendo que si tal hacia se moriría luego, Perseveramos sin embargo, en la emresa, despreciando sus contradiciones.nu tros peligros y escarnios, y fué Dios servido de premiar nuestro' Zelo y perseveran enibiando sus auxilios eficaces al tal Yndio para abraçar lo que le persuadíanos, y es quizandole suficientemente en acabando de bautizarle a breve rato se lo llevo nues Señor. A otro indio fiero Caribe Cacique de mucho nombre entre los de su Nacion, y rror de los de los demas por la crueldad y frecuencia con que perseguía matava y niia a muchas personas de varias naciones, llamado Ocapra, le dió el mal de la rnue: visitole varias veces vn Religioso, y no' con poco. riesgo de perde la vida en la demai y despues de varias exortaciones y visitas, fue Dios servido se dexasse catequizl bautizar, y con tal afecto y fervor que se conocía le quería Dios para si. Pues acab de recibir el Bautismo hizo llamar a los Indios Infieles de su Nacion (de su sequito) constituyo Predicador de ellos exortandolos a que amassen mucho a nuestros Religlo que tuviessen de ellos siempre consigo y que recibiessen su Doctrina, y con esto ni al Mundo dexandonos con vna moral certidumbre de que fue a vivir para siempre Dios. El caso siguiente es muy notable y nos ofrece no menores motivos de alabe del Criador y de su insondable misericordia. Una India que jamas avia visto ni oid los Religiosos, siendo ya de edad de ciento y cincuenta años (segun pudimos llegs entender) tuvo algunas noticias por medio de otros Indios, de la Doctrina Evange 'que enseñavan los Padres. y no pudiendo moverse por estar ya tan débil que no se,r nocia en ella otra cosa que la piel y los huessos, conslguio de un Indio catecumeno: a t g r d r p g a q h d r

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