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- 237 - de doce, ó catorce soldados, que pagados de las Reales Caxas estuviessen siempre á disposición de los Missioneros, para qu estos, cuando les pareciesse oportuno, pudie- ssen con su resguardo penetrar én el territorio de los Barbaros, y hablándoles con la suavidad propia de su carácter, irlos poco á POCO amansando con los donecillos pro- pios de su genio, y otros arbitrios de la charidad Christiana. Esta Escolta, Señor, parece precisa para la seguridad de los Missioneros, y ade- lantamiento del Christianismo, ya porque assí lo contemplo V. M. necessario en las Missiones de Meta y Casanare de la Compañía de Jesus: - las de Barinas de Religiosos Dominicos, y las de Capuchinos de Santo Thomás de la Guayana, que todas tienen Escoltas fixas á sueldo de V. M. yá porque de este modo se da providencia á la seguri- dad, y custodia (le las Colonias de los recien convertidos, que si no viven en un conti- nuo sobresalto por el temor de las incurssíones de los Gentiles: ni se atreven a acotn- peñar, y guiar al Religioso, quando quiere ir en busca de los Gentiles, sino con la Es- colta de algunos Españoles, ó Blancos; y también los Nheopítos, o Cathecumenos se contendrían de este modo para no volverse tan fácilmente a su antiguo libertinage en sus Serranías ó Cuevas. Porque aunque todos los Míssioneros están prontos a sacrifi- car sus vidas por la gloria de Dios, y servicio de V. M. pero el mantenerse, y exponerse a las entradas en busca de Gentiles sin la referida Escolta, no seria sino ser víctima de del furor de los Barbaros, sin otro útil, que dar materia para desfogar la colera que tie- nen contra los Españoles, sin que los irrite el odio contra la Ley de Christo, pues no le conocen. No siendo (le desestimar el proyecto que dicha Escolte fixa podía traher para el adelantamiento (le la Historia natural, y utilidad de los vassallos de V. M. pues con su resguardo podrían mas frecuentemente los Missioneros penetrar el territorio ocupa- do por los Barbaros, hacer varias observaciones, y descubrimientos en las yerbas, ral- ees, gomas, resinas, azeytes, y otros específicos medicinales, y notar la variedad de animales quadrupedos, y volatiles. que sin duda hay algunos muy raros en tan exten- so País. - - La utilidad de los Vassallos sería notoria; pues por el Rio Apon, que tiene su origen en unas grandes Serranías entre Poniente, y Norte de Maracaybo, y todo él está ocupado por los Gentiles, se podrían conducir con facilidad hasta la Laguna de Mara- caybo (donde desagua) variedad de maderas utiles, y preciosas que a sus vertientes, y orillas se crían, como Cedros, Veras, Caobas, Gateados, Evanos, y otras muchas. Finalmente, Señor, sin la referida Escolta parece moralmente imposslblc plantar la Fé en esta dilatada Nacion: porque la Fé ha (le entrar por el oído, y el Idioma de los Motilones es totalmente diverso de el de nuestros Cathecumnenos, segun que estos ulti- mes han observado en algunos reencuentros, que con aquellos han tenido, no podrán los Missioneros aprenderle, interin que con el resguardo de la .Escolta no se establez- can en su territorio. Del mismo modo será menos difícil extender el Christianismo con dicha Escolte en las demás Naciones Gentiles, que tienen su domicilio en la Provincia de Maracay- bo, com& son los Indios Chaques, que rancheo en las vertientes, y vegas del Río Apon, entre Po ente, y Norte de Maracaybo: los Cinamaicas en las vegas del Río Sucul; al Norte de dicha Ciudad: los Aliles a las margenes de una Laguneta que forma el ultimo Río: y ultimamente los Cocinas a las margenes del gran Lago de Maracaybo. También en las Colonias de Indios recien convertidos, que los Missioneros de Navarra tienen a su cargo, entran á cosneieiar los Blancos, y varias castas de Negros, Mulatos y Zambos, y se han sabido, con harto dolor de los Missioneros, los fraudes, y trampas que en razon de compras, y ventas han hecho a los infelices Indios, incapa- ces por su mucha rudeza de apreciar las cosas, como en . sí merecen: por lo que seria bien, que V. M. snandasse que ningun Blanco, ni otra casta, pudicsse comerciar con los Indios sin la assistcncia del Missioncro, que como Tutor y Curador cuidasse que se diesse al sudor de aquellos pobres miserables el precio justo del Maíz y otras cosuelas que vendiessen. Todo lo arriba dicho me ha parecido presentar a la alta comprhenslón de V, M. en fémerza de mi obligación, y como fiel Vassallo de V. M. Y siendo lo expresado cierto y digno de la Real piedad y atención.

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