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- 119 - conveniente atender mas al remedio que al mayor castigo dé los culpados, y quedar muy á la mira de que se observe lo mandado, á que sin la menor duda, se faltará, si por los sucesores en el Govierno no se continúa la misma vigilancia, respecto de lo arraigado que estan los excesos. El desorden que se ha notado en la presente visita parece que llama la atencion al reparo de que no se haya advertido por los anteriores Gobernadores, y que no hu- biesen puesto el correspondiente remedio, á que se satisface diciendo, que el actual Gobernador hubiera pasado por los mismos desórdenes, y de ellos nunca tendría per- fecta noticia, como no la tuvo hasta que no lo tocó y vió en el discurso de la visita de los pueblos, en los que tambien examinó la causa de tanto anterior silencio, la que se averiguó, como consta de los mismos autos, pero entre todas la principal es, que nin- gun Gobernador de los antecesores ha visitado la Provincia de Cumaná, y solo sí algu- nos de los pueblos de las Doctrinas de Píritu en la provincia de Barcelona. con lo que nunca llegaban á comprender lo que pasaba en la de Cumaná, y sus pobres indios ja- mas encontraban la justida de su parte porque confundían la verdad los Corregidores y otros que debían mirarlos con igual caridad. Por lo cual es de esperarse de la benig- nidad de S. M. en vista de los autos apruebe lo hecho por el actual Gobeidador en su visita, y mande que los sucesores precisa é indispensablemente hayan de hacer por sus propias personas la visita de esta provincia, que los anteriores han resistido, sin duda por no andar tan ásperos caminos, que necesitan de búena salud y robustez en el que los traficase. Pero no obstante las providencias tomadas y constantes en el auto de visita, es muy dificil el total remedio por falta de sujetos que destinar en los Corregimtos, pues si estos se proveen.en hacendados de alguna comodidad, y como ellos lo pretenden, enseña la experiencia, que no los sírben sino por la utilidad detener Indios para el cul- tivo de sus haciendas, en donde con el trabajo del indio se hacen cobro de los tributos, y lo restante se lo satisfacen al miserable en efectos inútiles y á excesivos precios, como consta de los mismos autos, y conseguido de este modo su fin, nada se cuidan del au- mento y felicidad de los pueblos de su cargo, no contando con e1salario de los dos rs. que no es suficiente para recompensar el trabajo que deben tener sí cumplen con su obligacion, y así no visitan los pueblos con la frccuencía que es menester si residen en ellos, corno corresponde á su empleo. No proveyéndose los Corregirntos. en hacenda- dos fi ellos inmediatos se hace preciso proveerlos en sujetos pobres, aun cuando se en- cuentren de buena conducta, porque siendo los pueblos tan reducidos y corto el núme- ro cte sus indios, no pueden mantener por si solo un Corregidor por lo que se le eniar- gan tres y cuatro pueblos que suelen distar unos de otros 4, 5 ó 6 leguas por asperísi- mas serranías en donde son frecuentes las aguas, y con todo el agregado de los tres ó cuatro pueblos no importa su salario á razon de los dos rs, por indio 60 6 70 pesos al año, cortísinio sueldo para que un hombre pueda mantenerse lomas del año fi caballo por tan fragosos caminos. Por lo que el Corregidor que no tiene otras conveniencias usa de otros arbítros en perjuicio de los indios, tambien constantes en los mismos au- tos desita. El modo de reparar estos dos extremos es sumamente difícil, y no se en- cuentran otro que el de la continua visita de los Gobernadores, pues con ella se con- tendran los Corregidores, y los indios tomaran mas aliento para deducir sus quejas que hasta aquí no se atrevían, habiendo llegado á creer que lo que padecían era todo muy conforme, bien que luego que comprendíeron lo contrario, las expusieron con tal vive- za y eficacia, que no admitía réplica, y lo mismo es persuasible ejecutaran en lo sucesi- vo, y los Gobernadores no tendran tanta dificultad en comprender las extorsiones de los Corregidores, pues todas estan patentes en el expresado auto de visita, que le podrá servir de cartilla para su gobierno, y averiguar lo cierto ó incierto de sus quejas, siem- pre que Ocurran fi la capital fi exponerlas, con lo que cuando no en el todo, se remedia ra en la mayor parte corno al presente se consigue, aunque no cuanto se desea...

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