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Rey nuestro Señor en su Supremo Consejo de las Indias. Pero hasta el presente hemos tenido el consuelo, que aunque Dios ha permitido, que por alguri corto tiempo hayamos padecido estas mayores tribulaciones, nos ha sacado de ellas con mayor honra, bolviendo por nosotros, por la ver- dad, por la inocencia, y por el Apostolico ministerio: si bien es verdad, ha logrado el intermedio de la tribulacion el Demonio, para su mayor co- secha, pues como es de Derecho Natural, y Divino la defensa propia, maxime de la honra: Cura de bono_nomine; ocupados los Religiosos en esta, ha sido prciso faItar'en parte al cunwlirniento de su ministerio, cu- yos progressos se alrassan,'ya por el desmayo, que causa a los Opera- rios el verse difamados, y ya porque descaeciendo por las calumnias en el concepto de los Indios, y'Españes, no hace en ellos tanto fruto su dctriria y. ya también 'por ocupar el tiempo en una cosa tan precisa. 130. Las persecuciones, y calumnias, que hemos padecido en estas Missiones, para con los señores Obispos, y Governadores, han sido muchas; y todas han nacido, y sido impuestas de algunos malos Chris- tianos, que viven en estas Regiones como unos Atheistas, y Eliogaba- los; ya porque sedan por ofendidos de que se reprehendan los vicios, con quienes se hallan tan casados; pues como dice Christo: Qui male agitodit_lucem; y ya porque defendemos los Indios, e quienes ell'Tsie. ran teni' por "esclavos, usurpandoles sus sudores, y quitarles las tierras, que el Rey nuestro Señor les dá, y concede a cada Pueblo. Y esta es la causa, por el común, mas principal de la persecución de los Misioneros (como se vera después) esta bastantemente execuloriado por Autos, que quantos Obispos, y Governadores' han visitado esta Provincia, (como es de su obligación) y visto nuestras Missíones, han quedado tan edificados, y satisfechos de nuestra buena conducta, y cumplimiento de nuestra obli- gacion, y ministerio, que sin embargo de estar, antes que visitassen las Missiones, muy mal informados contra los Missioneros, desengañados después por Vista de ojos, depusieron el concepto errado en que estaban, y los debimos después las mayores atenciones, e informes favorables, que hicieron al Rey nuestro Señor. De estos Obispos, han sido en nuestros tiempos, el señor Doctor, Don Juan Joseph Escalona, y el señor Doctor Don Joseph Felix Valverde. Y de los Governadores han sido, Don Marcos de Castro, Don Francisco de Cañas, y Don Diego Portales; de cuyos in- formes, que hicieron a su Magestad en sus respectivos tiempos, se podrá venir en conocimiento de lo afianzados, que estaban en el incessante tra- bajo, desvelo, y cuidado, que tenían los Religiosos Missionarios Capu- chinos en el cumplimiento de su obligación. Esto mismo huviera sucedido a los demás Ministros, que han gobernado esta Provincia, si, como los referidos, la hubieran visitado e inspeccionado nuestras Missiones, nues- tro trabajo, y la naturaleza tan estraña de los Indios, que reducimos, y
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