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297 bravos, o de las Fieras de aquellos montes, (como le sucedió el año proximo passado, segun queda referido en Una de sus expediciones del año de 1744, al Padre Fr, Miguel de Velez, y a su Escolta, de la que mataron un Soldado, e hiriendo nueve), Todo lo qua¡, con otros muchos trabajos, que por no ser prolixo, omito, padecemos los Missiorieros Capuchinos en esta Provincia, en quanfas jornadas, y expediciones se hacen anualmente Para convertir los Indios Gentiles, y reducirlos al Rebaño de Jesu-Christo, y obediencia del Rey nuestro Señor: porque como nunca sabemos el para- ge, y sitio en que se pueden hallar, (pues como queda advertido en e 1 Principio de los Prenotados) no tienen estos Indios poblacfones, ni para- ges determinados en que habiten, mudandose con facilidad en Aduares, o Rancherías, de unas a otras partes; no podemos tomar punto fixo en la direccion de nuestras Jornadas, yá marchando, y contra marchando, según los indicios, y vestigios, (de que ellos tienen gran sagacidad de ocultar, para que no los saquemos por ellos; pues hasta el fuego, que es preciso hagan para cocer sus raíces, o cazerias, lo hacen con tal arte, y disposi- ción, qun no pueda subir el humo, par5 que no los busquen por este indi- cio). Por cuya causa, y otras cautelas, y astucias, de que ellos usan, se aumenta nuestro trabajo, y assi andamos de ordinario errantes, por aque- llas campañas, caños, y lagunas, buscando siempre lo mas aspero, y condenso de las breñas, y espinales, por ser estos los sitios, que ellos eligen, y en donde suelen habitar aquellos harbaros, huyendo siempre de nosotros, y de toda sociabilidad humana, y evitando la ocasion de que puedan dar con ellos. Estos son algunos de los trabajos, que padecemos en estas expediciones; pues aunque a ellas ibainos en otros tiempos a ca- ballo, y en el estado presente en Canoas, siempre en unas, y otras oca- siones duraba este alivio hasta llegar a los parages, que de ordinario ha- bitan los Indios; y como quiera que a dichos sitios no se puede llegar a cavallo, ni en Canoas, se dejan estas en el Real, que se planta con algu- nos Soldados en guarda y custodia de ellas, y de los víveres, municiones, y demás pertrechos que llevamos, cargando de estos, lo que puede llevar cada Soldado consigo, (que quando mas, puede llebar bastimento para quatro días) comenzamos a Pié nuestra correrias, que suelen durar cada una quince días, ulanfeniendose, despues que se acaban los bastimentos, que cada uno lleva, de las raíces, y frutas silvestres, como los indios barbaros,

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