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r dicho religioso, y llevó consigo, prosiguiendo la navegacion Rio abaxo en busca de mas almas; y que a poco tiempo les salieron al encuentro mas de doscientos indios Gandules armados en guerra, con flechas, dardos, y lanzas, y embistiendo con el Religioso, y la escolto que llevaba, que era solo de veinte y cinco hombres, les obligaron a huir, abandonando las Canoas, las armas, y bastimentos que llevaban, y hasta la presa, que ha- vian hecho de los veinte y tres Indios referidos, quedandose todo en poder de los Paganos, y saliendo huyendo por tierra el expressado Padre Fray Gabriel de San Lucar a pie, con mil trabrajos, y hambres, por aquellos montes, y sabanas, hasta ]legal- a la Villa de San Carlos. 33. El siguiente año bolvió a entrar el dicho Padre Fray Gabriel de San Lucar, acompañado del Padre Fray Diego de Marchena, y de algunos Vecinos de la Villa y despues de mucho que caminaron por tierra, y na~ vegaron por los Rios, solo pudieron reducir, y traer a poblar a las Missio- nes cinquenta y seis Indios, por no haber encontrado mayor cantidad, a causa de haverse remontado, y escondido por la función sucedida el año antecedente, segun queda referida. 34. Los años de 81, 82, y 83, entró sucesivamente lodos tres años el Padre Fray Pablo de Orihuela con escolta, que llevó de la Villa, y con su ayuda i'eduxo, y sacó doscientos y cinquenta Indios, con poca diferencia, y los pobló con los que antes tenia ya reducidos en el Pueblo de Missíon de San Pablo del Tinaco, quatro, o cinco leguas de la Villa, como queda dicho. 35. El año de 1684, entró con la misma escolta el Padre Fr. Buena- ventura de Vistabella, y despues de muchas peregrinaciones, y trabajos, solo traxo a la Mission dos Indios viejos; pues aunque encontró con mu- chos ranchos, y poblaciones de Indios, (que los mas parecían ser de los fugitivos) nunca le quisieron esperar, ni oir sus razones, sino que daban a huir, y esconderse en los caños, lagunas, y matorrales, que en aquellos Llanos hay a cada passo, 'como de ordinario nos sucede oy en dia. 36. El año de 1686, entró otra vez con escolta el Padre Fray Ilde- phonso de Zaragoza, y sacó ochenta y quatro Indios Gentiles: y sabiendo que mas ahaxo del Rio de la Portuguesa havia gran porcion de ellos en diferentes Ranchei'ias, passó a reducirlos; y porque no se espantassen, y huyessen, determinó irse solo en una Canoita con tres, ó quatro Indios Interpretes; y aunque los Vecinos (le la Villa, que le iban escoltando, le persuadieron, que no lo hiciesse, porque era temeridad, sin llevar consigo la escolte, atentos los sucessos que havian precedido con otros, y haver tantos Indios fugitivos de las Missiones, no lo permitió, y se fué solo en la Canoa con los tres, o quatro Indios Interpretes, y haviendole seguido la escolto, se pusieron en parage ohoiizado, en donde no pudiessen verlos, (como no los vieron los Indios) y haviendo llegado el expressado Padre