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los Indios Gentiles de las Missiones de Cuirian& y de Caracas, y cogi gran fruto en ellas. La ocassion, y motivo de encargarse desta Missio dicha Provincia, fué la siguiente. Hailandose trabajando algunos Padre9 Valencianos, en la Mission de los Llanos de Caracas y siendo Prefecto della el Padre Fr. Buenaventura de Vista Bella, hijo de lo misma Provin- cia, recibió vn Orden de su Magestad despachado en Madrid el año de 1693, en que se le mandaba: Que por convenir a ia glorir de Dios, y dila:a- ción de nuestra Santa Fé, y al servició de su Magestad, embiase dos Re- ligiosos, o los mas que pudiese, y fuesen necessarios, para hacer Mission y fundar dos, o tres Poblaciones en los Valles de los Maquaes, yArato- mos, Indios pertenecientes a la iurisIEIón de la Ciudad de Mracaybo. Recivido esse orden, renunció el Prefecto su oficio, y con gran zeloy ren- dimiento, tomando dos compañeros de su misma Provincia, llamado Fray. Antonio de la 1-buena, Predicador y Fr. Gregorio de lb¡, Religioso Lego,, se puaso en camino; y aunque con no pocos trabajos, por agua, y tierra,, llegaron con la brehedad posible a la ciudad del Maracayho, a mediado de Abril del año de 1694, donde los esperaban. 2. En llegando pressentaron el Orden de su Magestad al Gobernador:. y a la ciudad, y se empezó a discurrir la forma mas conveniente para re- ducir a Poblaciones los Indios gentiles de la Sierra vecina a dicha Ciudad,. que son de Nacion Aratomos: de calidad que se pudiesen fundar en sus! Valles y faldas de la Sierra. ds Pueblos de los mismos Indios, y otro de españoles, para mayor resguardo. Aviendo, pues, acordado entonces lo que pareció mas conveniente, tornaron dichos Religiosos algunos practicas de la tierra, y con ellos, en Nombre de Dios, empeçaron a explorar la fer- tilidad de los Valles: desde donde subieron a predicar a lo alto de la Sie- rra7hTicion antigua de los Aratoinos. Propussieronles a estos la pala- bra Divina, y el desseo que les movía a yrlos a buscar a sus tierras, que no era otro, sino el vníco de solicilarles la vida eterna, y el sacarlos de aquel infeliz estado en que vivían. Oyeronlos con gusto estas, y otras ra- zones, eficaces a mover sus aninios, y desde luego se inclinaron a seguir a los Padres, y u salir de allí para poblarse en los Valles, que les tenían prevenidos, especialmente en el de los Muqüaes, que es fertilissimo. 3. Con tan feliz principio, y aviendo ofrecido los mismos Indios ha- zer Igldsia, y cassas, se pussieron todos los hombres en camino con los Padres: y en llegando al sitio señalado, agradados del, empeçarofl_a ro zar, y desmontar la maleza, para hacer sus labranzas, y sementeras. Des- pues estando continuando esa labor, reconoció el Padre Fr. Buenaventu- ra cuydado sobresaliente en ellos, que los tenía sobresaltados. Preguntó- les la cuussa: y ellos le respondieron, diciendo: que los Indios Coyamos eran sus antiguos enemigos, y que temian el que viniesen sobre ellos, y cogiendoles ocupados y desprevenidos los matasen; porque a mas de vi-

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