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159 de Berlanga, y Fr. Gervassio de Manresa. Ya plantada la dicha Mission, passaron a reforzarla los Padres Catalanes Fr. Angel de Matarol, Fr. Pa- blo de Blanes, y Fr. Hermenegildo de Manresa, llevando en su compañía a Fr. Angel de Llavaneras, Religiosso lego. Trabajaron fielmente, hasta el año de 1680, en que por especial mandato del Rey Nuestro Señor Don Carlos segundo, y de SLI Real Consejo de Indias, passaron los Padres si. guienles, a quienes se les entregó dicha Mission desde entonces. Estos fueron Fr. Thomas de Barcelona, Prefecto. Fr. Josef de Ezeva, Fr. Ga- briel de Barcelona, Fr. Thomas de Lupian. Fr. Pedro de Aneto, Fr. Ar- cangel de Barcelona, Fr. Félix de Mosset, y Fr. Basilio de Barcelona, va- rones doctos, y de espíritu muy ferboroso. A los quales acompañaron Fr. Raymundo de Figuerola, Fr. 3ylvestre de Montarguli, Fr. Gil de Villa- mayor, y Fr. Angel de Llavaneras, Relig'iossos Legos. 2. Hasta el año de 1687 no pudieron estos Padres empezar a trabajar en su nueva Mission; pero si mucho en tus de Cufnan, y Caracas, donde lomaron experiencia de lo que devian hacer. y del modo como se avian de Portar COfl los Indios, en adelante. Apenas empezaron a cultivar el campo esteril de su Mission, quando experirnejtai'ori varios trabajos, y no peque- ños entre aquellos Barbaros. Pero ayudados de Dios, con la perseveran- bia y paciencia en tolerarlos, y sus continuas oraciones, y diligencias, han conseguido hasta oy frutos muy considerables, de gran gloria de Dios, y bien de las almas. Porque assi en la Isla de la Trinidad, que es vna de las de Barlovento, como en la Provincia de Guayana, que es tierra firme, y llaman de! Dorado, y de Santo Thome, donde ay tradicion, y vestigios de ayer predicado en ella este glorioso Apostol, han fundado muchas Pobla- ciones de Indios, a los quales han reducido a nuestra Santa fé, y en nu- mero muy copiosso. 3. Muchos, y muy singulares cassos tenemos desla Mission, como los ay de todas las demas: de los quales no escusso ci referir algunos, para que alabemos al Señor, y reconozcamos su admirable providencia, y mis- sericordia. Hizo vria entrada en los montes a buscar almas, el Padre Fr. Basil;o de Barcelona; y llegando con su Intérprete cerca del cerro de las Tutumas, encontró algunas cassas de Gentiles, Preguntó por el Cazi- que, y le fué a hablar a cassa; y estando con el, le propusso nuestra San- ta Pé, y si quería admitir Padres en su tierra, para que a el, y a los suyos los instruyesen en ella. Respondióle con gran sequedad, diciendo: que no los quería. DÍxole el Padre que se mirase bien en ello, y otras raçones, dirigidas a mover su animo; pero tenaz en su primera iespLiesta, le apretó e! Religioso, para que le digese el motivo que tenia para no admitirlos. A lo qual respondió: que la caussa era, porque él se hallaba ceasado con seys mugeres, y que si los Padres entravan a predicarles, y a poblanos, no se las permitirían tener, sino solo vna. Y vltimamente que no quena:

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