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143 hallo en cassa. Dichos Indios se huyeron al monte, y el quedó con la pena y quebranto, que se puede considerar: experimentando en su muger y hi- jos los filos de su misma lanza, que pretendió cruel e inhumano emplear en aquelias pobres inocentes. Todos conocieron ser justo castigo de Dios, y con el quedaron avissados para adelante. 4. No es menos ponderable el sucesso siguiente, y perfenieçe o la Mi- ssion de Cumana. Fud grande el desorden, y abusso, que hubo desde el prinçipio con los Indios de Encomienda: y como todo cedía en menosca- bo de los Pueblos que fundaban nuestros Religiossos, porque con varios pretextos los sacaban delios, y los trotaban inhumanamente los Encomen- deros: fue preciso que los mismos Religiossos solicitasen el remedio con su Magestad, y con el supremo Conssejo de Indias. De oqui resulto, el que un sujeto inferessado de Cumana, por si, y en nombre de otros, tam- bien interesados mouleron al Governador, para que hiçiese varios autos, y muy iniquos contra todos los Missionanios. jurando faisso los testigos que buscaron para ellos. Ya hechos, y con tantos falsedades como lineas, se encargó otro sujeto de traherlos a España, y de ser agente del negoçio. Dieronselos, y con ellos grandes cantidades, para gastar, y hazer todo el esfuerzo possible, hasta conseguir, el que saliesen los Capuchinos de to- da aquella Provinçio. Embarcose con esse deprobado animo el año de 1677. Pero por justos juicios de Dios, brebemente fue apressoda la embar- coçión en que venia, y cayo en manos del famoso corssorio, llamado Lo- rencillo: el quol regisfrandole todos sus papeles, halló entre ellos vil gran Legaxo con la inscnipçion que decía: Contra los Capuchinos. Leyolos el Pyrata y conoçió la malignidad, que en ellos se contenía; y corno si e1 fuero el agraviado, se yndigná contra el sujeto, y no contento con hazer- los pedaços, los arrojó al mar, aviendole antes dado muchos bofetadas, y grandes reprehenssiones sobre el casso; y por ,vltimo le hizo amarrar a vil orbol del Navío, y mandó que le diessen muchos agotes. Deste castigo salió tan maltratado, que desde entonçes quedó valdado de un braço para siempre, a mas de ayer sido despojado de quunto ti-aya, y padeció otras calamidades. 5. El otro sugeto, que fue el principal motor de la conjuracion, tubo aun mayor castigo: porque sucessivamente, despues de oven hecho lo que hizo contra los Capuchinos, se descomidio mucho con un Religiosso de de nuestro Padre San Francisco; y tanto, que le dixo este: V. M. no terne a Dios, ni a su Divina Justicia, supuesto, que no contento con los males que ha hecho a los pobres Capuchinos, tanibien se estrella conmigo. Pues mire, tema no le castigue Dios con el Gordon de San Francisco, por per- seguidor de sus hijos. Casso raro! Apenas oyó estas palabrs, quando empezó a sentir sobre si el castigo de Dios, diciendo: Malo estoy, malo me siento. Fuese a su cassa, y se acosto, y desde entonces (siendo mogo

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