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138 tintamente a los Missionarios, que se hallaban en ellas, y la dió a ente der, como vno de ellos hauia de volver a España presto, por tenerle d finado, para empleos grandesde su seruizio en estos Reynos.=Al marg =Este fué el V. P. Fr. Joseph de Carauantes, que murió en Galicia el al de 1694.=Texto. Voluió el Religiosso, y azerfando o pasar por el conve fo de la tal Religiossa, le conoció esta al instante, y halló ser el misr que su Magestad divina le hauia mostrado en espíritu. Comenzó lue( poner en execucion la vocazion a que fue llamado, y no son creibles 1 frutos que consiguió en estos Reinos de España, con su exemplo y pre cazion apostólica por muchos años que era para lo que Dios le traxo. 7. Predicando cierto Religiosso nuestro a gran multitud de Españ les, y de Indios, lo hizo en vna ocassion con tanto ferbor, que reparan enel la gente con especial atencion: vieron le salle de la voca vna luz modo de una estrella grande y que haziendo vn círculo por el ayre, vi mamente, fue a terminal' su curso a la puerta del Sagrario del altar r yor, a donde desapareció. Quedaron con esta señal los ontes, no menos gustossos que mi uilledos; pero haziendo poco casso algunos de la doctrina que se les pi dicaba, y perseuerando en sus vicios, y torpezas: prosiguió el mismo ) ssionario sus sermones, para acabar de extirpar los vicios y escandal • publicos, en que vivían los tales: y en el vlfimo sermon, viendo su res • tenzia, y que ebussuhan de la clemenzia diuina: inflamado en su sat amor y con zelo de la mayor honra y gloria de Dios, exclamó en e forma contra los contumazes. Psalm. 80, y. 8-8. Audi populus meus et contestabor te: Oye puel mio, y estadme todos atentos: muchos son los beneficios que Dios u ha hecho mas aunque ha tantos días, que os estoy exortando a penit cia no solo no he conseguido en muchos el arrepentimiento, pero se tan tan de assiento en sus publicol vicios, que me prouocan a decir e el santo Rey Propheta: (Psalmo. 58). l)ispergeillos in virtOfe tus; et1 pone eos protector meus domine. Justo es que experimenten el fruto de pi'oteruia, con el castigo pronunciado por el mismo Propheta, contra ingratos a los divinos beneficios: et non audiuit_populus ineus vocem me¡ (Psmn. 80, y, 10, c. 11.) et Israel non intendiÍ nihi, et dimissi cos sen • duni dessideria cordis eorum, íbint in adinventionibussuis. Suspen pues señor, vuestra clemencia: retirad la mano de vuestra m!ssericord y descargad Dios mio con gente tan rebelde el azote de vuestra JIf cia; rnuebales Señor a ternura a estos duros corazones el rigor y el cs go, ya que no les basta vuestra piedad y missericordia. • 9. Apenas acabó el Predicador de pronunciar estas palabras, quai (siendo assi que hazia vn dia claro, apacible y muy sereno) repentinanu te sobrevino vna tempestad de truenos y relampagos, tan horrible

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