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137 - gas, y muy fatigado con la Cruz que llebava sobre su hombro. Mirole atentamente, y con compassiori, y oyó, que le decia su Magestad estas pa- labras: Ássi me tiene tu mala vida. Apenas le dixo estas palabras quando desapareció de su vista; pero quedó la muger tan trocada con tal repre- hension, y tan fraspassada con tal vista: que desde entonces entro dentro de si, y con tal mudanza de costumbres, que causó admiracion a quantos la conocian, y sabian su modo de vida, y profanidad de galas, donayres, y passatiempos. Y en fin se dió tan de veras a Dios, que fué dechado de virtudes hasta la muerte, con notable constançia, y ferbor. Pero para co- rregir sus yerros passados con los remedios contrarios, no solo se en- tregó a una uspera y rigida penitenzia: sino que (para que fuesse mas no- torio su arrepentimiento, y que desde luego publicaba diuorçio con el mun- do y sus vanidades) dexo las galis y atauios profanos, y se vistió vn sa- co de sayal, que hizo al modo de nuestras Capuchinas: con el qual viuió, y murió, dexando gran exemplar de virtud y perfeccion. 4. A esta sierue de Dios, pues, le sucedió, entre otros fabores que reciuió de su mano, el ponerse un dia a hazer orazion delante de la ima- gen de vn crucifixo: y como llorase amargamente por ver las grandes cul- pas, y zeguedad de muchos de aquellos paysses, y pidiese missericordia para ellos. Atendiendo el Señor piadossisimo a sus deuotos ruegos, la consoló mucho, y por señal de que la otorgaba su suplica: la dixo, tenia decretado enibiar a aquellas partes a sus siernos los Capuchinos, para remedio de las almas: y siendo esto en vissión intelectual, le mostró dis- tintamente algunos de los primeros Padres, que passaron de España: a los quales conoció luego que llegaron a las yndias; y hallo ser los mis- mos que su Magd. diuina le mostró en la vission: y de quienes mucho an- tes de salir de España,hauia dado noticia a su confessor. 5. Otro casso sernexanfe a este, nos refieren las Relaziones, y es del tenor siguiente. Viuia en zierta ziudad de España vna Religiosa de virtud aprobada y muy faborezida de Dios; compadeciase mucho de los misse- ros yndios, por noticias que tenia de su zeguedad, y obstinazion: y con zelo abrasado de charidad, rogaba continuamente a N. Señor, los sacasse de las tinieblas en que vibian y que los reduxesse a su Santa ley. Conso- lola su Magestad diuina varias vezes, y en una espezialmente, la llebó en espiritu a ver estas Missiones: en ocassion que ya los nuestros, hauian comenzado a doctrinar a los yndios en su propia lengua. Estando viendo~ las, y la solicitud de los operarios, le dixo su Magestad diüina, que le pi- diera por ellas, y en particular por las cauezas, que las hanian de gouer- nar: porque le heran dichas Missiones muy agradables, y tenia en ellas sus delicias. 6. Hízolo la Religiossa como el Señor se lo mandaba, y lo continuó de alli adelante con espezíal afecto: entonces la mostró su Magestad dis-

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