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127 alla; y en otras demostraziones catholicas, enderezadas a este buen fin. En cuya considerazion, hauiendo entendido estad vezindad, tan amada y estimada de V. Rma. trata del Retiro de dichas Santas Missiones: queda con notable desconsuelo, y no poca pena de que llegue a la execuçiori. Y assi le suplicamos, que por un solo Dios, y por quien V. Pma. es, nos ha- ga el fabor de detenerlas por ahora, conseruand olas lo mejor que pudie- re: pues seguramente, dessea nuestro Gouernador emplear su persona, y todas las fuerzas que pudiere de su gouierno, y de los zircumvecinos en pazificar, y castigar essos yndios reueldes. Ademas, que quando V. Re- verendisíma tiene cogido el fruto, que lodos sabemos: será lastima, le falte su tenezimiento en tiempo deste cauullero, que tanto lo dessea. Por tanto nos prometemos de V. Rma, tendra caulmiento nuestro ruego en su noble pecho; y mas, yendo como ba, libre de todo afecto. Dios guarde a V. Re- verendisima, &,a 6. Con esta suplica de la Ziudad y Cauildo de Cuniana, y el esfuerzo que puso su riuebo Gouemnador, suspendieron aquellos Padres la re- soluzion hecha de retirarse a otra parle con los Indios de la poblazion de San Françisco. Era ya Oouer'nador entonces D. Sancho Femnandez de Án- gulo, y Sandobal: Cuyo gouierno comenzó el año -de 1670, y en muestra de su buen afecto, compadecido de los Religiossos para ocurrir' a los con- tinuos riesgos que pade.:ian, embio treinta Españoles: y estos acompaña- dos de ochenta indios de nuestraspo ;lazíones, entraron por la tierra de los rueldes, para coger algunos y castigarlos, y poner miedo a los denlas. Este fue el dissinio del Gouernador, pero por diligenzias que hizo la gente apenas pudieron hauer a las manos uno; antes bien quedaron heridos quatro de los nuestros, de los que murieron dos por hauerios flechado los enemigos c->n saetas enbenenadas, que es de lo que vssan en sus gue- rras; cuyo beneno es tan eficaz, que por ligera que sea la herida, siempre es mortal. 7. Frustrada esta diligenzia, se esparcieron por los montes los reuel- des, asta que se retiraron los españoles, a cuyas vocas de fuego temen como la muerte: despues se voluiei'on a juntar, y a proseguir de nuebo las hostilidades. Diosele noticia al Oouemnador, y para ponerles freno, sallo en persona con alguna gente de armas. y recorrio la tierra: mas tampoco surtio efecto esta diligencia, aunque por algunos rnesses, fueron menos las hostilidades. Después se voluieron a reazer los Cariues, y Comenza- ron a infestar' a los yndios Christianos de las poblaziones vezinas: tomOse otro temperamento, qual fue, poner eninedio del Pilar, y de San luan vn pue- blo de españoles, de asta veynte vezinos, para que ocurriessen a los daños que caussaban los enemigos. Este arbitrio parezio azertado, y por tal se executo en el año de 1671, lahrar'orrsse cassas e lglessia, y fueron a poblar- se los españoles que embio el Gouemnador; llaiiio-,>e, el pueb l o Sari Carlo s,

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