BCCCAP00000000000000000000510

iu SU Ministerio, y que se apartaban del trato de los yndios, que era el fin conque su Magd. los hauia embiado. Esto lo confirmo con decir era no- torio en la ziudad; y que hauian estado muchos días, con la Ocassion de predicar quatro sermones, y de hazer alguna limosna para su sustento. 4. 0! 'Jalgarne Dios, y que pazienzia es necesasria, para poder tole- rar estas y sernexanles calumnias: en todas partes, mas o menos, nunca falta quien patrocine vna maldad; pero en las yndias suelen tener muchos protectores: mayormente, si el autor de ella es persona de puesto, y goza algun titulo de superioridad, como le tenia el sujeto referido. En fin supo pintar las cossas con tan vibos colores, y apadrinarlas con tales auxilia- res, que consiguio, no el efecto que desseaba; pero si el que su Magestad despachasse su Peal decreto, mandando a los Religiossos saliessen de la Prouinzia, y que se redugessen o sus Conuentos de España. De toda esta trama, corno fue con tanto Secreto, no llegaron a entender nada los Pa- dres, asta la vuelta de la flota, en que llego el decreto de su Ma gd. y assi los Religiossos de Andaluzia se quedaron continuando su Mission en los yndios de Caracas; y los de Aragon, se voluieron a Curnana con sus compañeros, a solicitar con riuebo esfuerzo la entrada entre los barbaros. tantas vezes intentada, y siempre de peor calidad. 5. Los efectos de las cartas y el fin que tubo Ja calumnia los resser- baremos para la vuelta de la flota: en el ínterin, referiremos los sucessos mas principales de lo Mission de Curnan: adonde hallaremos varias co- ssas que notar, y espezialmente, mucho que admirar en las secretas, e inapelables dispossiciones de Dios, para bien de sus criaturas. Insistieron grandemente los Padres Aragonesses en su cm pressa; pero seruiales ya de sumo desconsuelo el ver se les frustraban todas sus diligenzias. Cla- maban a Dios con repetidas suplicas, y le pedian en sus Oraziones, fuese seruido de ablandar aquellos corazones de piedra, y que los fragesse al verdadero conocimiejito. De esta suerte pnocedian, aunque sin ver fruto alguno; pero para justificar mas la caussa de Dios, y no dejar medio al- guno por intentar; con gran fe, y confiinza en la pi'oteccion divina, se esforzó vno de aquellos Padres a entrar por las tierras de los Barbaros acompado de tres o quatro yndios domesticos, y se alexo de Cumanacoa, como diez o doze leguas. Fueron atravessando montes, y llegando a vn zerro muy empinado, descubrieron en lo vaxo, y en su zircunferenzia mucho numero de cassas de yndios todas separadas, en la forma que ellos acostumbraban. 6. Apenas fue visto de algunos quando cor.uocaron vna muchedum- bre, y todos armados con arcos y flechas, se vinieron azia el para quitar- le la vida. Assi lo juzgo el Peligtosso, y en essa considerazion preparó su animo para qualquier tnabaxo que le sucediesse; con todo esso, no se aire- vieron h3zq el niznar dañO, librandole Dios miiagrosarnen de oque-

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz