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108 2. Con todo esso, nunca levantaron la mano de ella, y prosigQie las diligenzias por quantos caminos supieron, confiando en Dios, de algun dio, perseuerando hauian de conseguir la entrada, entre aquelH barbaros yndomitos. No ay que admirar perseuerassen estos Gentilesi su reueldia, pues aun no hauia llegado a ellos la luz de lo alto; y enme4 de lo que trabaxahan por su parte los Religiossos, no faltaban blanÇ, ruynes, y sin obligaziones, que lo desvai'ataban todo por sus negros in reses. Si faltara esta peste en las yndias, bien creo se hubieran ya redu do todas aquellas naziones; pero se ha enseñoreado de los corazone• rribleniente,el demonio de la codicio; esta es el Dios que adoran rnuekd. y la que tiene perdido el mundo, y a inumerables en el ynfierno. Sobre 11 te punto es mucho lo que han escrito Autores grauissimos.. Vease al P. Fr. Manuel Rodriguez en sus qustiones Regulares, V Indiis. al M.° Victoria relec. prima de Indiis. Al 2, dub. 1. ver. 47 El qual pone la siuiente conclussion: Quod negan$ esse christianurn, aliquando_non _negat fidem; y añade lueJui€fl palabras: 'Sic apud indos ob Hispanorurn crudelitatern, et scelera, quU misserunt ¡u illi Regionibus3 hoc n6nine Christiani, inÑiligebalur ap illos hom rapax homicida, atque crudelis: et multi dcebant, 101 .81, Paradisso cum Hispanis moran, idque ob ciúorundar prueVj aliorum pietatem,virfutenlqUe obscurabeit. 3. Pero voluiendo a los de Caracas, las cossas del seruicio de Dl y bien de las almas corrian con toda prosperidad; mas para que losH mientos de tan maxinio edificio se sentassen con las zircunstanzias del meza, que comunmente se experimentan en las obras de Dios: permifiO Magd. divina, que al tiempo que volaba mas la fonio y credito del zek ferbor de los nuestros: impaciente satanas, y los suyos de verse despóJ. del tiranico dominio, con que hauia tenido cautibas tantas almas de fiel y de ynfieles; repentinamente, rnouio la siguiente calumnio contra los ssionarios; valiendose como suele de las criaturas, para hazer mayo1 daño, ycon mayor dissimulo. El modo pues de introducir su infernal ssinio, fue aprouecharse de la misma ocassion de la Mission, que se ze bró en la ziudad, en que (segun diximos) se experimentaron tantas ma uillas, y frutos. Sintiose espezialmenle vn sujeto de consequenzia, de las saludab correcciones, que para sacarle del mal estado en que viuia, le hizieron Missionarios: y pareziendole que no hauian de desistir de la pretenssl asta sacarle del zieno en que viuia, como animal inmundo: azepto par despique, el proseguir con el escandalo publico; y torno el arbitrio qut sugerio el demonio. Escrivió con gran secreto al ConSseio, tachando. bagabundoS a los Religiossos, y pidiendo a su Magd. se siruiesse m di:'es retirarse a España: dando por vnico motivo el decir: no assislL

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