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93' les, el P. Fr. Francisco de Vallecas, Fr. Andres de Sevilla y Fr. Alonsso de Velez, Religiossos legos; a los demas, corno fueron al R. P. Fr. Ma- nuel de Granada, exProvincial y Prefecto de la Mission, Fr. Joseph de Lis- boa, y Fr. Miguel de Granada, les sucedio el lleharlos prissioreros, desde Guinea a Lisboa, segun queda dicho en su iugar.Al margen: (Lib. 2 ca- pitulo 8. § 12 y 13.) Texto. Los otro dos, que fueron el R. P. Fr. Seraphin de Leon y el P. Fr. Antonio de Jimena, prosiguieron en la coniierssion de los Negros, asta acabar su vida: padeciendo vnos y otros, los trabaxos y contradicio- nes de los Portuguesses, que hemos referido en sus propries lugares. 3. Habiendo pues llegado a Cartagena dichos Padres, y restaurando~ se algo de la falta de salud, y cansanzio de tan larga nauegazion con la charidad, y assistenzi'a que tubieron en los ziudadanos; se fueron a la pre- ssenzia del Obispo, y del Gouernador y les mostraron sus despachos, assi de la sacra Congregaziou, como del Rey. Despues les significaron SUS buenos desseos de ocuparse en alguna Mission de. los yndios Veci- nos; y les suplicaron se sii'viessen de señalarles sitio, a donde poder fra- baxar, El Obispo, y Oouernador, y aun toda la ziudad, se edificaron su- mamente (le la propossicion: y como viçssen la necessidad que hauia de tales operarios, trataron luego de darles empleo, competente a su ferbo- rosso zelo. Dioles el Obispo una cassa en la ziudad para hospicio, y el Gouernador, y denias Ministros, les señalo la Prouinzia de Vraba, para que en ella se aplicassen a reduccion de los - yndios Gentiles corno lo hi- zieron. 4. Antes de salir en campo contra el comon adverssario, ternerosso de la guerra que se le hauia (le hazer, inouio quan tas piedras pudo, para embarazarles, no solo Ja entrada en los yndios, sino principalmente el que !ubiessen hospicio en la ziudad, para su albergue, en las necessidades y niermedades que se ofreciessen. Por vltiino, quedo vencido, y se pusso el hospicio en la misma ziudad: y el obispo zelosso del mayor bien de sus obexas, les dio cassa con ygiessia capaz, y puerta a la calle, para que lOS Padres, que ressidiessen en ella, pudiessen ayudarle a administrar los santos sacramentos de la penifenzia, y Eucharistia, predicar, y aiudar a bien morir, y a otros oficios de piedad: de que riecessitaba mucho aquella ziudad, coma lo comprobo el efecto. 4. Ressidieron en este hospicio dichos Padres desde Septiembre de el año referido de 1648 cista Abril de 1649 en que por las causas que diremos sedexo dicha Mission. En el discursso de ocho meses cultibarori esta ziudad, tan aventaxa- damente, que redugeron a la gente a vivir en gran temor de Dios, a la fre- quenzia de los Santos sacramentos, y a caminar a la perfeccion euange- lica, por medio de la Oi'azion mental, y de otros santos exercicios de la

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