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74;r. perpétuo e indisoluble (i), como todos sus efectos son tuos e indisolubles: por ejemplo, la paternidad y la maternj Con esto, los misioneros intentaban apartar a los aboríge de la poligamia y bigamia, ordenaron la sociedad domésti dieron estabilidad a la familia y a las tribus y prepararon s lidamenteel derecho público entre los indios, pues el divor es la ruína del derecho individual más primitivo y esencial hombre y a la mujer; es la ruína dei derecho público; la dis lución de la familia y de la misma sociedad, por el peso misn de las cosas; y la señal más clara de la corrupción individua' de las costumbres públicas; y quienes lo promueven patrocín el suicidio individual y de la familia y toda clase de sediciorn y, finalmente, son los directores y cabecillas o porta-estan± tes del más grosero sensualismo: de hecho, no son las person de orden y las columnas de él, por más que ostenten la fuer social y se vistan y adornen con vestidos lujosos y dorad prendas. Los misioneros, al cimentar el matrimonio sobre tan sóli base, no olvidaron explicar a los indígenas que si la socied conyugal forma la sociedad doméstica y -amigable del hog cuyo fin es la reproducción humana, debe llevar y lleva en p de sí deberes y derechos naturales, ya entre los mismos cón ges, ya también con la prole; derechos y deberes que resmf en la educación física, moral e intelectual y religiosa de 1 hijos, y en el amor y fidelidad de los cónyuges: de ese mod pretendían lograr que los indígenas tuviesen una grande e mación de esa sociedad tan santa por su origen, tan augu por su inviolabilidad y tan sagrada por su fin ordenado al bi espirituál, moral y material del mundo, y la que es uno de 1 más grandes bienes comunes del género, humano. Si examinamos bien la acción de los misioneros en asun tan importante, es cuioso observar cómo sujetaron el mat monio a ciertos principios bien definidos, puesto que enseñar a los indios que en el matrimonio, por su naturaleza, entraba sociedad doméstica, la sociedad civil y la religiosa muy prin palmente, tal como lo requiere el orden general de la vic (i) Marc. lo. 9. Mat. ¡9, 6.

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