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6 9* 'las reglas de ocupación y de accesión, como medios de aumen- tar su fundo, sin perjuicio de tercero, y ocupar lo que a ninguno pertenecía. Para lograrlo, Icuántas dificultades y trabajos tuvie- ron que vencer y soportar! • Tampoco olvidaron enseñarles la necesidad y justicia de los cambios, los contratos unilaterales y bilaterales, los gratuitos y onerosos, y la cesión o continuación de la propiedad en las personas que más quisieren, aun después de su muerte, con- servando así los derechos particulares, según la voluntad postrera y el derecho de los que reclamasen justamente. De esta manera, los misioneros cimentaron sobre base sólida la actividad del indígena en la sociedad doméstica. Acostumbrados los indios a una independencia excesiva en la vida doméstica, forzoso es convenir en que los misioneros tuvieron mucho que hacer para llevar a los >cortos entendimien- tos de los indígenas las ideas del orden: por esto, los misione- ros instruyeron constantemente a sus neófitos acerca de la indigencia natural con que todo hombre viene a este mundo, necesitado del auxilio ajeno desde los primeros instantes, a la contínua del amor y de los cuidados maternos, y después de la comunicación de las ideas. Así acostumbraron al individuo a ver en la familia una sociedad primitiva, absolutamente nece- saria y de manifiesto origen divino. «Creo Dios uno y una: a su imagen los hizo Dios» (i). Tampoco olvidaron los misioneros enseñar a los indígenas el valor de la amistad, que nace en el hombre unas veces por la vista y el oído, y otras por la comunicación recíproca o fdole de cada uno, y de la mutua estimación y aprecio. La amistad, como toda cosa buena y santa, tiene sus leyes fijas, tales son: en primer lugar, la honestidad, el mútuo afecto, el secreto de las intimidades y de las amigables relaciones, la ayuda y el favor recíproco, material unas veces y moral otras, en todos los acontecimientos prósperos o adversos de la vida, y muy espeilmente en los momentos del dolor y del infor- tunio. Finalmente, los misioneros llegaron a inculcar en los indios (1) Génesis, Cap. 1. Y. 27.