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CAPÍTULO XIII Que trata de la organización económico-indlvidual de los indios sujetos a la administra- ción y gobierno de los misioneros capuchinos Llegamos ya a tratar de los intereses materiales de la misión y del gobierno económico de los misioneros, y sabido es que, según el parecer de muchos, en los tiempos presentes es lo más importante de los gobiernos modernos, los que hacen consistir la vida del hombre nada más que en las cosas mate- riales, comparando a los seres de razón con los que carecen de ella; y lo que es más, lo manifiestan en las leyes, viniendo a resultar cierto aquel principio de que «la barbarie legal es la mayor barbarie». Causa espanto semejante salvajismo de algunos hombres llamados civilizados; mas por suerte queda al mundo, para su bien, el contrapeso de ese desorden en las enseñanzas divinas de la Iglesia Católica cimentada sobre la indefectible roca de Redro. De otro modo, ,cuáles serían las consecuencias de ese modo bárbaro de pensar si el mundo entrase por esa corriente embrolladora de los meros apetitos y sensualidades humanas? Qué sería del hombre superior, del hombre racional? Nosotros hemos de confesar que los misioneros, al poner las cosas en su justo medio, de tal modo organizaron la ad- ministración y gobierno económico individual, que llenaron ampliamente en los indígenas las necesidades del espíritu hu- mano, sin olvidar por eso las necesidades materiales, llegando a compaginar las cosas de tal suerte que tenían abundancia de ellas en lo espiritual, y en lo material procuraron con el mayor