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CAPITULO XII Que los misioneros capuchinos subordinaron el orden externo de las tribus y pueblos fundados por ellos al fin último del hombre, y so explica cómo cimentaron en los indios el amor a la verdad y a la honestidad §1 El fin inmediato de los Padres Capuchinos al constituir en pueblos las tribus indígenas, no era otro que el orden externo subordinado al último fin del hombre; y el objeto material y moral de los misioneros era que las tribus indígenas supliesen con la asociación y el orden lo que no podían conseguir ni llenar individualmente, tal como la guarda incólume de los derechos individuales y la eficacia del bienestar común, por medio de leyes y ordenanzas saIiamente pensadas y organiza- das de antemano y puestas en vigor de acción por la mano patriarcal de los misioneros, mediante las autoridades indígenas. El misionero aconsejaba, persuadía, mandaba y ordenaba al cacique, mostrándole el bien sensible, y después movía suavemente el ánimo de los principales para un fin común, provechoso a todos y honesto siempre, bien persuadido de que una dirección hacia el mal, sólo con el proceso del tiempo, llega a producir males incalculables al conjunto social. Ayudaba a los misioneros el conocimiento profundo que tenían de los sanos principios morales y religiosos, pues por ser personas peritas en la moral y en el dogma se les presentaba allanado el camino para enseñar sin equivocarse. ¡Tan cierto es que sin estos estudios el hombre y la sociedad caminan a obscuras por este mundo, sin saber a dónde dirigirse, ni los que mandan, ni los que obedecen!

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