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58* debe olvidar el lector en el presente estudio. A los misionero' les tocaba distinguir las cualidades y temperamentos de todas para dirigirlas convenientemente por las vías de la civilización. cristiana. Por esto mismo, cada uno de dichos pueblos tenía u» modo de conducirse distinto de los demás, con un fin común( una autoridad diferente, pero subordinados al conjunto y am pliamente libres en su constitución interna: algo así como la libertades propias de los legítimos municipios españoles, y los fueros o costumbres de las diferentes provincias. De ese moda,» por la intuición social de los misioneros, aparecía más natural; el consorcio del compuesto indígena, sin faltar al conglomerado español y su conjunto. Se ha de notar que en la fundación de los pueblos nuevos unas veces se establecían las poblaciones dividiendo una tribu otras juntaban más de una por su escasez; tal otra las mezcla ban convenientemente, según lo imponía la necesidad; pero,, esto último no dió a los misioneros resultados satisfactorios, principalmente en los llanos, pues consta en algunas relaciones que no fué posible conservar así. la unión ni la acción, y aun la impedían, puesto que se ausentaron los indios de una parcial¡. dad por apartarse de la otra, y a veces entrambas por no saber - convivir juntas, sufriendo los misioneros en los primeros ensa- yos más de lo que se puede pensar (i). Ahora, si examinamos filosóficamente estos efectos, tal vez pudiéramos descubrir por ellos la causa en la libertad física, en cuyo pleno dominio se encontraban los indígenas, lo que es una perfección; pero aquí encontramos que esta perfección de la libertad individual de los indios desbarataba el orden social al que-debían estar subordi- nados; y por otra parte, se comprende que las diferentes tribus, errantes unas, sedentarias otras, estas agrícolas, aquellas dedi- cadas a la caza y a la pesca, etc., tenían sus gustos diferentes, y las aficiones particulares de cada uno no es fácil quitarlas a nadie y mucho menos al salvaje; por eso fué necesario que los misioneros se amoldasen, sólo Dios sabe con cuánto trabajo, a los gustos y situación de los indios. - . . De proposito damos al lector estas noticias históricas, para (1) Archív. Nacional de Caracas. Año