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CAPtTULO X £xplloue social de las tribus indígenas y la manera de llevarlo a cabo por 108 misioneros capuchinos I Hemos recorrido un campo fecundo de actividad con los isioneros; pero nos falta por examinar la parte más difícil, si posible que sea más que lo dicho, y llegamos con esto a vestigar la manera de establecer las misiones y de organizar aquellos indios y aquellas tribus errantes unas, sedentarias otras y todas salvajes, para formar con ellos una sociedad y .unirlos en pueblos, solos, o con otros hombres o tribus. l Ciertamente que sentimos cada vez más el peso del trabajo uchemos emprendido y que nos hemos propuesto terminar a fin de llegar a conocer el apostolado de los capuchinos españo- les en Venezuela, y sólo el deseo de penetrar en el pasado de nuestras misiones y de servir a los venideros nos da aliento en las grandes dificultades con que tropezamos. b Para conocer la acción de los misioneros en esta parte es reciso distinguir entre el origen del deber que todo hombre tiene de formar parte de la sociedad, y de las causas que pueden obligar al individuo a permanecer en ella una vez ya formada. El primer deber de vivir en sociedad lo trae desde su origen la necesidad física; no podemos presentarnos en el mundo de la existencia humana sin un padre y una madre temporal; ese es el orden establecido por Ja naturaleza: y no sólo impone te deber primitivo la necesidad física, sino también la necesi- dad moral nos impone deberes y derechos inajenables, y hasta derecho de los demás y el bien común, negativa y positiva-