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CAPITULO IX Que los misioneros capuchinos pusieron la Causa primera o suprema, por fundamento esencial de La administración y del gobierno de sus misiones Los misioneros, al establecer el orden y al organizar un nuevo régimen social de las tribus indígenas para lograr el tránsito del salvajismo a la civilización cristiana, y al coordinar los derechos y los deberes generales de aquella sociedad in- cipiente, no se paraban en una quietud inútil; al contrario les faltaba mucho que hacer con los mismos indios, personal o individualmente, para elevar sus almas y perfeccionar la inteli- gencia y voluntad del indígena: casi podemos decir que después de cuanto dejamos dicho, aún no habían comenzado. Detengámonos por un momento para investigar asunto tan importante. Todos los deberes del hombre, lógica y moral- mente, tienen un orden primordial, y trastornar ese orden es trastornar todo el hombre; pues bien, los misioneros ante todo enseñaron al indígena a depender de Dios y obedecerle, y en realidad este es el primer precepto de la religión natural. El lector debe tener en cuenta y no olvidar que el indígena aún no estaba apto para recibir ni conocer la religión revelada. Hemos dicho que el primer precepto de la religión natural es obedecer a Dios y depender de su voluntad; y si le debemos dependencia, también el amor y el respeto, y aun el respeto supremo que se manifiesta por la adoración, la cual tan sólo a El es debida y es llamada por los teólogos latría. Para llenar este fin altísimo, los misioneros enseñaron a los indígenas que no es suficiente la sumisión interna y la de-

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